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Arte

Albert Pinya y Català Roig, una combinación de «genialidades creativas»

El pintor y el ceramista inauguran este jueves en Es Baluard (Palma) ‘Cámara de combustión’, un conjunto de 16 piezas de diferentes tamaños

Albert Pinya, Mercedes Estarellas y Català Roig, ayer en Es Baluard.

 El ceramista Joan Pere Català Roig (Palma, 1973) y el artista Albert Pinya (Palma, 1985) inauguran Cámara de combustión este jueves en Es Baluard a partir de las 19 horas. Una idea que surge a raíz de una metáfora en términos de mecánica, ya que en las cámaras de combustión es donde se produce la reacción química fundamental para el funcionamiento de un motor. La metáfora es sencilla pero muy efectiva. En el proyecto que presentan, la reacción química fundamental se da entre ambos artistas que, mediante la desintegración y reintegración de conceptos, alimentan el motor que genera el desarrollo y el progreso de la sociedad, con la fuerza suficiente que les permita seguir construyendo una realidad futura. 

Ambos artistas llevan trabajando conjuntamente durante cuatro años, y Albert Pinya declara que este proyecto es la consecuencia de ello: «Es la consolidación de un momento donde empezamos a enfrentar nuestros lenguajes y a entrar en diálogo. Sería como la sublimación de todo».

Por su parte, Català Roig ya estaba convencido de que una vez más iban a trabajar bien conjuntamente: «Solo ha cambiado un poco el formato de las piezas con respecto a cosas que hemos hecho anteriormente, esta vez son de mayor tamaño. Es fructífero y hay buena sintonía a nivel personal y eso siempre ayuda a que la parte artística fluya mejor». 

Mercedes Estarellas, comisaria y galerista afincada en Mallorca, señala que «esta simbiosis de artistas es una mezcla perfecta, porque uno tiene una técnica más ancestral, crea el peso y la solidez al discurso que queremos trasladar. Y por otro lado, Albert pone la narrativa, a partir de esta solidez. El por qué y el cómo está sucediendo ahora en base a esto».

Dentro de este tipo de trabajo hay dificultad para ambos, en el caso de Albert Pinya ha sido adaptarse a nuevas dimensiones: «Pintar en sus cerámicas es un ejercicio en el cual paso del soporte bidimensional a las tres dimensiones, esa ha sido siempre como una de las líneas de investigación de mi trabajo. La pintura está en constante expansión y transformación, sale de lo bidimensional. Además, considero muy importante la relación que hay entre la pintura y la cerámica, ya que son dos de las primeras manifestaciones que existieron desde los orígenes de la raza humana. A mí me inspiran mucho las pinturas rupestres que se encuentran en una zona del Amazonas colombiana, el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete. Todo este arte primitivo y los grafismos que se utilizan de forma tan esquemática y con símbolos, considero que se adapta y se integra de una manera bastante notable dentro de lo que es el barro y la tierra, que al final es prácticamente el origen de todo en la vida». 

Estudio donde se crean las piezas.

Català Roig ha tenido que adaptar los volúmenes para la pintura que realiza su compañero. Cámara de combustión es un proyecto compuesto por 16 cerámicas, la mitad son de tamaño mediano, de casi un metro de alto. La otra mitad son cerámicas de casi dos metros, que es algo muy difícil de ver porque no hay demasiados artistas que trabajen con estas dimensiones. Tal y como explica el ceramista, la creación de piezas de uno y dos metros ha cambiado el proceso: «La condición de la cerámica es que siempre tiene que pasar por un horno, entonces está claro que en función de la capacidad que tenga puedes hacer un volumen u otro. No ha sido una complicación, sino un cambio de estrategia».

Esta colección pretende transmitir mensajes de manifestación. En algunas de las piezas hay palabras y frases, mensajes que salen sueltos en las obras. Todos ellos provienen de un archivo que Albert Pinya tiene con fotografías de carteles y pancartas. Tocan temas muy diversos, desde la identidad sexual, problemas de cambio climático, la relación del ceramista como poeta, la igualdad, los problemas de racismo... Todo ello es una reivindicación de los derechos. 

Finalmente, la comisaria Mercedes Estarellas define la exposición como «una combinación de genialidades creativas que dejará a todos boquiabiertos». La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 9 de octubre.

Los responsables de la exposición

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