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Música Crítica

Concierto de Serrat en Palma | Hoy puede ser un gran día y ayer fue una gran noche

Joan Manuel Serrat, durante el concierto que ofreció este fin de semana en Palma. B.RAMON

Joan Manuel Serrat ★★★★

Son Fusteret | 3 de Julio de 2022

Serrat no se va. Aunque lo diga la promoción de esta gira, Serrat seguirá cantando. Va en su persona. El canto, el estar sobre un escenario, el conectar con el público, es intrínseco en un artista que desde hace más de cincuenta años (“de todo hace más de cincuenta años”, repite él mismo) ha compuesto, grabado y ofrecido en directo algunas de las melodías más emblemáticas de nuestra generación, la que hace más de veinte años que tenemos más de veinte años.

Serrat reunió a cuatro mil personas en Son Fusteret, un gran y cómodo espacio al que fui por primera vez la noche del pasado domingo, para disfrutar con el artista, pero no solamente con él, también con esas personas que lo siguen y lo aplauden con fervor, personas que en el fondo también forman parte del espectáculo, pues corean, gritan, se emocionan con ese hombre que, por el camino, ha sabido conectar con las culturas de lengua catalana y española.

Hoy puede ser un gran día, pero ayer sí fue una gran noche (escribo pocas horas después del concierto). Y en esa noche memorable, irrepetible (como comentó Xavier Bonet al final de la velada) no faltaron las aportaciones en lengua castellana, provenientes de sus trabajos sobre Machado o Miguel Hernández: tristemente vigente todavía hoy Para la libertad y emocionantes las Nanas de la cebolla, “el mejor regalo que me ha hecho un compañero en toda mi carrera”, dijo Serrat, refiriéndose a Albert Cortez, autor de esa canción. Y como no podía ser de otra manera, Mediterráneo, emblema y referente de muchas cosas.

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Serrat se despide del público de Mallorca B. Ramon

Pero las canciones en lengua catalana ocuparon la mayor parte de la noche. Cançó de matinada, Paraules d’amor… y tantas otras que son, todavía hoy, referentes y, algunas, también de actualidad, como Pare: “Que estan matant la terra, Pare. Deixeu de plorar, que ens han declarat la guerra”.

En el recuerdo, Serrat se emocionó citando a Joan Ramon Bonet i a Miquelina Lladó, con quien, dijo, “canté en muchos pueblos de Mallorca a finales de los sesenta”. Y es cierto, pues recuerdo una de esas venidas a Felanitx, para actuar en el Institut Laboral, acompañado de una simple guitarra. Y no como ahora, que tiene a su alrededor unos músicos de primer nivel como Josep Mas "Kitflus" y liderados por un arreglista excepcional como Ricard Miralles, todo un lujo.

No podemos dejar de citar la entrañable aparición, por sorpresa, de Maria del Mar Bonet, que se sumó a la cita cantando con el protagonista dos canciones, Jo tenc un amor petit y La Balanguera.

Serrat tiene su edad, eso pesa, aunque se conserva enérgico y afinado. Mantiene viva esa manera de entonar los agudos, aunque ha perdido fuerza en los susurros. Pero qué mas da, lo importante es que llena de emoción cualquier escenario al que se presente. Y que sea así por mucho tiempo.

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