Antònia Font ★★★★
Poliesportiu d’Inca / 18 junio 2022
«I un home tot sol…» Qui dubte avui en dia dels Antònia? La duda ofende, nadie duda de ese grupo mítico, sí, mítico en el sentido más extenso de la palabra, pues ha sabido, como pocos, reunir a su alrededor miles de personas que corean sus canciones, incluso las más recientes, las del nuevo disco.
Antònia Font ha vuelto, lo ha hecho por esa puerta olímpica, la del Olimpo reservado a los dioses y la del estadio deportivo de Inca, en el que más de doce mil espectadores, de todas las edades, sí, de todas las edades, niños y jubilados incluidos.
Y es que esos nuevos Cinco del este hacen un pop clásico, verbenero incluso (Miquel Massutí dixit), pero que con sus textos llenos de poesía incoherente (consciente pleonasmo) consiguen modernizar el estilo y la forma.
¿Quién duda de la capacidad que tiene el grupo de desatar la euforia más unánime? Nadie. Como Clint Easwood, indiscutible hoy, a pesar de sus devaneos políticos que ya nadie recuerda. Easwood, como los Antònia Font, están por encima del bien y del mal, por encima de detalles insignificantes, pues lo que importa es su manera de hacer, de renovar un estilo musical que parecía caduco, sin serlo. Do you know?
El pop sigue vivo, como siguen vivos otros modelos que también parecían caducados. Pop en estado puro, pero lleno de ingenio y, repetimos, de poesía. O ¿no es poesía y de la mejor, ese inicio de una de sus canciones más icónicas: «Dolça besada, té gust de que s’acaba./Punt i principi de viure sense tu»? Son esos los dos mejores versos de la poesía en lengua catalana de finales del siglo XX.
Los Antònia Font han vuelto, ¿para quedarse? Sea como sea, me sobran palabras para expresar mi agradecimiento por ese regreso. Se nos hará difícil, Antònia, «viure sense tu».
