Raquel del Rosario, David Feito y Juan Suárez volvieron a revivir en Oviedo aquella primera gira de "El Sueño de Morfeo", año 2005, en que los tres se sentaban al borde del escenario para ofrecer una versión más acústica de su folk-rock juguetón, emocional y enérgico. Ayer, en el Auditorio Príncipe Felipe de la Capital asturiana, ese instante fue uno de los momentos más emocionantes del concierto de reunión de la banda asturcanaria con sus seguidores, con el público en pie y los tres abrazados entre lágrimas. Raquel del Rosario celebró esa fraternidad en la música –"hemos sido una familia desde el primer momento"–, David Feito reforzó la dimensión emocional de la trayectoria de la banda –"ha sido un viaje inolvidable"– y Juan Suárez, que debido a su enfermedad, retirado de los escenarios, solo pudo subir un par de veces para saludar, confió en más reencuentros: "Sería una pena que no hicierais todos los años unos conciertos como este".

"El Sueño de Morfeo" regalaba así a sus seguidores, desde Oviedo, la despedida que no habían podido disfrutar nueve años atrás, cuando los tres protagonistas del trío, decidieron abrir un paréntesis en su vida personal y laboral. No solo eso, porque la actuación de ayer fue un "Gran Reto Solidario", una iniciativa de Prensa Ibérica y Endesa Music Lover, que han impulsado esta reunión con el objetivo de recaudar fondos para los afectados por la erupción del volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma.

Planteado desde ese contexto tan singular, y como ocasión única que reunió a fans de toda España, de Valencia a Burgos, de Canarias a Piedras Blancas, con una producción que contó con la colaboración de Caja Rural de Asturias, Fuensanta, Turismo del Principado, Turismo de Islas Canarias, Ayuntamiento de Oviedo, Ayuntamiento de Gijón, Wanacars y Riverland, el grupo salió con tantas ganas y fuerza que en la cuarta canción ya sonaban a bis y el público empezaba a emocionarse. Era 'Para toda la vida' y Raquel del Rosario estaba ya entregada al público, tendiéndoles el micrófono para corear y siguiéndoles las bromas. Antes habían sonado "Nos vemos en el camino", de su segundo disco, la cantante había agradecido el apoyo "para colaborar con los palmeros a recuperar sus casas" y habían encarado "Puede", en versión semiacústica, donde aparecieron los característicos sonidos del whistle y el violín, con Ricardo Soberado y_Suso Moreno.

Juan Suárez subió por primera vez al escenario, primer abrazo y Raquel del Rosario recordó que ese 'Para toda la vida' ha sido una canción muy sonada en pasillos de bodas, y se la dedicó a una nueva pareja, formada por dos seguidores, Ángela Ordieres y Javier_Fernández.

"Gente" o "Me he cansado de esperar" siguieron refrescando la memoria del público y de ese sonido tan característico, donde el violín y la guitarra eléctrica compiten con la voz enérgica y a veces frágil de Raquel del Rosario. Hubo tiempo para mezclar varias canciones que les dieron a conocer en series de televisión como "Uno más uno son siete", "Física o química" y otros duetos populares, como "Para ti sería".

En "Depende de ti" sonó la gaita y con "Lo mejor está por llegar" la cantante celebró poder ver las sonrisas en las caras del público "después de unos años complicados".

El set acústico de los tres llegó justo después de la primera interpretación del "Nunca volverá", junto al joven músico Noan y acabó enlazando con un "Contigo hasta el final" en el que público y banda se habían fundido ya en una celebración muy íntima y emocionante. Otra introducción permitió presentar a los músicos (con Israel Sánchez, Cabín y Rubén Álvarez) y casi hasta a los seguidores que llevan con ellos desde los primeros conciertos, algunos ya con hijos. "Las familias Morfeo han dejado unas historias de amor que tela", bromeó Raquel del Rosario.

Solo quedaba un fin de fiesta apoteósico: "Esta soy yo", "Ojos de Cielo" y "Nunca volverá", con el público en pie coreando todos los versos, la ovación prolongada y la sensación del reencuentro de una gran familia.