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Javier Moro:«Juan Carlos I es un personaje trágico, nunca ha sido dueño de su destino»

Con casa en Eivissa, valora los espacios intactos de Balears

Fotografía de Javier Moro en su casa de Eivissa, el pasado verano. | J. A. RIERA

Javier Moro (Madrid, 1955) tiene que sentir un «flechazo» para ponerse a investigar y escribir sobre un personaje o una historia. Lleva más de un año trabajando en su próximo libro, del que no quiere avanzar nada para no llamar a la mala suerte. Pese a que considera que todos los tiempos inspiran, prefiere no escribir sobre Ucrania y dejar pasar tiempo para tomar perspectiva. Hablando de la actualidad, afirma que el rey emérito es un «personaje trágico» y víctima de la cultura del pelotazo. Mañana por la tarde, este Premio Planeta en 2011 por El Imperio eres tú y Premio Primavera de Novela en 2018 por Mi Pecado, estará en Palma para hablar de la fórmula del best seller en la Fundación Juan March, en una conversación con el periodista cultural Sergio Vila-Sanjuán.

«Un best seller son cosas tan distintas como 50 sombras de Grey y Cien años de soledad, la Biblia y el último de Ken Follet. Es un mundo que te enseña la humildad, porque a lo mejor yo he vendido millón y medio de ejemplares de Pasión india, pero otro vende 110 millones de su libro», afirma este escritor, autor de títulos como A prueba de fuego, A flor de piel, Era medianoche en Bhopal, Las montañas de Buda, Senderos de libertad... Con ellos ha abordado las vidas del arquitecto Rafael Guastavino o de Pedro I, emperador de Brasil, el medio ambiente, la invasión china y el genocidio del Tíbet, la destrucción de la selva amazónica... En todas esas tramas vio algo. «Es un poco similar a un flechazo. Hay algo en esa historia que tú descubres que toca emociones profundas que a veces no sabes ni por qué, pero te enamora», explica.

Elegir entre sus obras o esos personajes reales sobre los que ha escrito le resulta complicado. «Cada libro está vinculado a una época de la vida y en esa época he aprendido, he andado por ahí, he corrido mundo, he conocido gente, eso siempre es gratificante», señala. Pero, tras reflexionar unos segundos, considera «clave» una de sus obras: «Era medianoche en Bhopal, el libro que escribí con Dominique Lapierre, porque me obligó a vivir en la India siete meses. Aparte de darme mucha satisfacción por el tema, por la cantidad de gente que conocí, me hizo conocer la India de verdad», comenta.

A la hora de escribir, prefiere tomar distancia: «No hago periodismo, en el sentido que no escribo sobre Ucrania, además creo que es muy pronto, hay que dejar pasar el tiempo para tener una perspectiva que solo te da el tiempo», afirma este autor, que suele dedicar dos o tres años a investigar, más año y medio de escritura, fase en la que está inmerso ahora.

Javier Moro veraneaba de niño en el Mar Menor, que recuerda como «un paraíso, una manga de arena entre dos mares, de aguas turquesas, era precioso» y que ha desaparecido por «un urbanismo terrible». Con casa en Eivissa, valora los espacios que aún quedan intactos y considera que «la situación en las Balears, por mucho que se critique, que es criticable en muchos aspectos, no tiene nada que ver con la costa mediterránea, donde no hay 30 kilómetros que no estén construidos y además es un horror como lo han hecho. Y el resultado se paga con estos desastres medioambientales y con un turismo pobre, de baja calidad».

Además de la destrucción del medio ambiente, «me preocupa que todavía pueda haber tipos como Putin, que es como Hitler en versión 3.0. Que todavía sea posible que en un país tan grande como Rusia, este tipo tenga un 80% de apoyo y sea posible todo el tinglado que ha montado. Que surjan estos sátrapas que sean capaces de producir la muerte de millones de personas, eso es preocupante», agrega.

En cuanto al regreso del rey emérito a España, se sitúa entre los que separan «la vida privada de la vida pública». «Históricamente le defiendo y creo que la mayoría del pueblo español también, por eso le acogen como le acogen, porque sigue siendo el rey Juan Carlos. Lo que pasa es que como el país está en manos de separatistas republicanos que quieren hacer sus pequeñas repúblicas, que son pequeños reinos de taifas en el fondo, pues les molesta y atacan la figura del rey porque es atacar la monarquía y la institución». Y añade: «Lo veo como un personaje trágico, nunca ha sido dueño de su destino, jamás. Cuando intenta ser dueño de su destino, pues la caga...». «Y otra cosa, que parece que a la gente se le olvida, pero es la cultura de los años 80 en España, la cultura del pelotazo. Es que no es solo el Rey, es Mario Conde, es Urdangarin, ayuntamientos amañados que daban licencias de construcción cuando no podían, es Jesús Gil... Es víctima de esa España. Y eso la gente lo ha olvidado. No puedes separar al hombre de su contexto», concluye Moro.

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