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Teatro

Ricardo Darín: "Me asusta que la comunidad internacional se esté acostumbrando al horror"

Indignado ante la invasión rusa de Ucrania, el actor argentino se sube este jueves al escenario del Auditorium de Palma, junto a Andrea Pietra, para representar, hasta el próximo domingo, ‘Escenas de la vida conyugal’, obra con la que lleva girando desde 2013

Ricardo Darín, actor premiado, admirado y aplaudido

Ricardo Darín aterriza en Palma con un ojo puesto en Ucrania y otro en el matrimonio, pilar sobre el que se sustenta Escenas de la vida conyugal, espectáculo que protagoniza junto a Andrea Pietra. Una obra compuesta por «siete escenas que cuentan la relación entre dos personajes, un hombre y una mujer que estuvieron casados durante 25 años, padres de dos hijas, y que en un momento determinado tomaron caminos diferentes». Sostiene Darín que la manera de relacionarnos ha cambiado pero no la manera de no relacionarnos. La intolerancia, la falta de comprensión y de generosidad, siguen activas.

Escenas de la vida conyugal es una obra que indaga en el amor y las relaciones. ¿Tiene fe en las nuevas generaciones?  

Sí, y mucha, sobre todo porque los jóvenes han procesado la extraordinaria cantidad de información que vienen recibiendo y como resultado están dando muestras muy claras de que resuelven y enfrentan las diferentes situaciones de la vida. Creo yo que con mayor inteligencia y menos ataduras. Los siento más libres, algo que se nota mucho en las relaciones personales. No creo que las nuevas tecnologías ayuden en las relaciones. Más bien diría casi todo lo contrario. Estamos demasiado esclavizados por la tecnología y eso hace que se note una merma en el contacto directo entre las personas.

Lleva interpretando esta obra desde 2013. ¿Qué le ha enseñado a Ricardo Darín un texto como el de Ingmar Bergman?

Todos los textos, sobre todo los teatrales que están bien escritos, como este de Bergman, siempre nos ayudan a profundizar un poco más en cada una de las cuestiones que un autor de esta magnitud decide poner sobre el escenario. El conflicto hace que uno piense, repiense, relea y resignifique cada una de las frases que están en cuestión, no solo las propias, también las de los compañeros, en este caso mi compañera Andrea Pietro. Cada función es distinta, con un estado de ánimo diferente, y eso hace que todo se resignifique. Yo tengo la sensación de estar aprendiendo mucho, no solo de esta pieza, sino del trabajo sobre el escenario. La continuidad nos permite profundizar cada vez más.

¿Con qué se quedaría de Juan, el personaje que interpreta en la obra, y qué es lo que no querría suyo por nada del mundo?

Uno no necesariamente debe pretender o querer quedarse con cosas del personaje en cuestión, pero si hay algún rasgo del personaje que me llamó la atención desde el primer momento, sobre todo teniendo en cuenta que todo fue escrito en la década del 70, es su sinceridad, una sinceridad bestial. Juan es un hombre que no está dispuesto a mentir, que lucha contra la hipocresía, las apariencias, y que intenta hacer un camino inverso, es decir, conocerse a sí mismo. Y esto es lo que le obliga a ser cada vez más sincero. No hay rasgos de él que me parezcan detestables, pero reconozco que para la platea femenina hay algunas frases, algunas revelaciones que hace en el conflicto sobre el escenario, que pueden resultar muy brutales y por lo tanto ser rechazadas. Pero si uno lo bucea con un poco de objetividad, sin fanatismos, se puede llegar a dar cuenta de que en realidad es un hombre que trata de ser sincero, pese a todo y sin importarle las consecuencias. O sea, en cierto punto me parece valiente.  

Ricardo Darín, actor Javier Etxezarreta

¿Qué les pide a sus personajes a la hora de darles vida?

No es mi costumbre exigirle nada a nadie y mucho menos a los personajes. En realidad un personaje está ahí, dentro de un contexto, de un conflicto, y espera que yo le aporte cosas. Esa es mi manera de verlo. Por supuesto a la hora de leer un texto y demás, lo que trato de percibir es si me atraviesa o no, si me siento movilizado por lo que propone, o por lo que vive, o le toca vivir, y eso me acerca o me aleja de un proyecto. 

¿Qué planes tiene programados para este 2022?

Continuar con nuestra gira, por Granada, Málaga, Sevilla y finalizar en Madrid, algo que nos ilusiona muchísimo. También estoy muy expectante con el estreno de una película que acabamos de terminar y que está en proceso de postproducción, Argentina, 1985 (dirigida por Santiago Mitre), que habla probablemente de uno de los hitos mundiales más importantes de la historia moderna: el juicio a las juntas militares en Argentina en 1985, el primer juicio que se pudo hacer a una cúpula militar por parte de civiles. Me ha tocado en suerte interpretar un personaje glorioso como el fiscal Strassera. Creo que el estreno se producirá entre agosto y septiembre.

¿En qué le ha cambiado el último de los horrores, la guerra de Ucrania? 

Estoy absolutamente desbordado, anonadado, por la situación de la invasión rusa a Ucrania. No me puedo creer que en este siglo, y con todos los avances que se supone el ser humano debería incorporar, estemos precisamente soportando esta regresión a una infamia de estas características. Tantos civiles muertos, innecesariamente, después del horror de la pandemia y la cantidad de muertes evitables que tuvimos, estoy estupefacto. En realidad estoy indignado, todavía sigo indignado, y si hay algo que me asusta y me preocupa esa cierta sensación de que en términos generales la comunidad internacional se está acostumbrando al horror, una vez más, y eso me parece lo peor.

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