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Entrevista

Alec MacGillis: “Amazon alimenta el resentimiento que permitió a Trump llegar al poder”

El periodista estadounidense Alec MacGillis acaba de publicar en España ‘Estados Unidos de Amazon’, un libro en el que desnuda las prácticas miserables del gigante del comercio electrónico

Alec MacGillis, fotografiado esta semana en Barcelona.

-Dígame, ¿qué palabra emplearía para describir la forma de hacer negocios de Amazon, y por qué?

-Yo emplearía el adjetivo “extractivo”. Amazon es como una mina de carbón: una mina de carbón pone a sus empleados en una situación peligrosa, saca el carbón y crea con él una riqueza que se va a otro lugar, una riqueza que nunca vuelve. Yo creo que pasa algo muy parecido con Amazon, la empresa llega a una comunidad, construye ahí su almacén, utilizan mano de obra muy barata para hacer un trabajo rudimentario y la riqueza se va a otra parte.

-Habida cuenta del tamaño de la empresa, no creo que exagere si digo que es una tragedia americana.

-No, claro, porque en cierto sentido, con esos almacenes Amazon exprime la riqueza de todo el país. Antes había comercios pequeños por todas partes, y actividad comercial por todas partes, pero ahora todo pasa por Amazon y la riqueza que genera va a parar a unas pocas ciudades: Seattle, ahora también Washington, que se ha quedado con la segunda sede… Y todo esto crea un desequilibrio profundo, que es lo que explico en el libro. Toda la riqueza que genera el comercio de Amazon es para unos pocos lugares.

"Toda la riqueza que genera el comercio de Amazon es para unos pocos lugares"

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-De modo que podemos decir que Amazon, y supongo que las otras grandes empresas tecnológicas, están decidiendo cuál es la América próspera y cuál no.

-Así es, tienen una enorme influencia sobre el aspecto de nuestro país. La decisión de Amazon sobre su segunda sede es un ejemplo de eso, es algo que no tendría que importar tanto pero importó mucho, al fin y a cabo se trataba de decidir dónde poner 50.000 empleos, ¡50.000!, y esa es una decisión que transforma una ciudad. Lo podrían haber hecho en una ciudad que lo necesitara, y haber conseguido un gran impacto, Sant Louis, Cleveland, tenían varias opciones, pero decidieron instalarse en Washington, que ya era una ciudad rica.

-¿Porque les trae sin cuidado?

-Les trae sin cuidado, sí.

-Amazon, lo dice en el libro, utiliza ese poder para chantajear a los ayuntamientos y recibir subsidios e incentivos para instalar sus centros logísticos en tal o cual municipio. ¿El abuso de poder es parte del ADN de Amazon?

-Lo que yo creo que llevan en el ADN, y además desde el principio, es no pagar impuestos. Su gran ventaja sobre el librero de la esquina era que ellos no tenían que pagar un impuesto sobre las ventas, y, ¿por qué se instalaron en Seattle? Para evitar pagar impuestos. Y esto se ha mantenido con los años, no pagan impuestos sobre las ventas, no pagan impuestos sobre la propiedad, no pagan impuestos sobre la renta. En 2018 pagaron cero impuestos sobre la renta a nivel federal. ¡Incluso tuvieron una deducción fiscal! Wallmart, que no son unos angelitos, pagó 36.000 millones en impuestos ese año. Ellos no pueden permitirse ese juego.

"Lo que Amazon lleva en el ADN, y además desde el principio, es no pagar impuestos"

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-Seguramente hay muchas personas en el Gobierno de EEUU que piensan que hay que perseguir este tipo de comportamiento. ¿Acaso no hay leyes en EEUU para parar a Amazon? ¿O es que ya es muy tarde para hacerlo?

-No, no es demasiado tarde, en Washington se está cociendo algo. Hay interés en ver cómo se pueden frenar estos nuevos monopolios. Biden se ha rodeado de gente muy crítica con estas tecnológicas que ocupan altos cargos en el Gobierno, así que la posibilidad de que se haga una normativa está ahí. No va a ser fácil porque hay mucha resistencia, y además, los demócratas están divididos: están los que creen que hay que acabar con estos monopolios y los que están muy cómodos con ellos.

-Hay una cita en el libro que dice que Amazon pone la democracia en peligro. Después de haber hecho este libro, ¿cree que es así?

-Creo que sí. En un sentido general, sí. Son empresas que han erosionado la base impositiva de un país. Son empresas que han ayudado a debilitar la prensa. Son empresas que han alimentado un crecimiento brutal de la desigualdad y del resentimiento entre regiones. Si uno suma todo esto, sí, es un debilitamiento del tejido civil y social, de la democracia, y hace que sea más fácil para que una persona como Trump llegue donde llegó.

"Biden se ha rodeado de gente muy crítica con estas tecnológicas que ocupan altos cargos en el Gobierno, así que la posibilidad de que se haga una normativa está ahí"

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-¿Me está diciendo que hay una relación entre el crecimiento empresarial de Amazon y el crecimiento político de Trump?

-Sí, sí, absolutamente. Yo trabajé sobre esa desigualdad como reportero, viajé por el país durante mucho tiempo y vi que cada vez era más grande la brecha. Me preocupó mucho y pensé que tenía que escribir sobre esa disparidad regional, explicarla, y luego va y gana Trump. Para mí estaba clarísimo que esa victoria salía de ahí. Era el último empujón que necesitaba para escribir el libro.

-Nueva York dijo ‘no’ a la segunda sede de Amazon. ¿Algo está cambiando o fue un caso aislado?

-Yo creo que es porque las cosas están cambiando y hay más conciencia política sobre lo que es Amazon, sobre todo en una parte de la izquierda con capacidad para hacerse oír. Las subvenciones que Nueva York le estaba dando a Amazon eran excesivas, gratuitas, era grotesco, realmente, pero además, Nueva York ya es una ciudad tan próspera, tan rica que mucha gente pensó que sería demasiado.

"Las cosas están cambiando y hay más conciencia política sobre lo que es Amazon, sobre todo en una parte de la izquierda"

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-¿Se fueron a Washington por eso?

-Bueno, hay que recordar que a pesar de la resistencia Amazon quería quedarse. ¿Por qué se retiraron? Porque los líderes del estado de Nueva York, sintiendo la presión, fueron a Amazon y les dijeron: “Mirad, esto está difícil. ¿Podéis prometernos que si se forma un gran sindicato, por ejemplo en vuestro almacén de Staten Island, podéis prometernos que seréis neutrales?” Y eso es tan importante para Amazon que dijeron que no. Lo curioso es que la semana pasada, en ese almacén justamente se constituyó un sindicato.

-Cuénteme, ¿ha tenido éxito el libro en EEUU?

-Me parece que sí, pero fue difícil. La gente no quería comprarlo en Amazon, creían que lo coherente era comprarlo en una librería, pero resulta que cuando el libro salió al mercado las librerías en EEUU estaban cerradas.

-O sea, que se vende por Amazon.

-Oh, sí. Claro que se vende.

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