Búger acogió ayer el homenaje a Antoni Caimari Alomar (1943-2021), en el año de su muerte. Para el acto se inauguró una placa de piedra en la entrada de la sala del piano, espacio que acoge el Bösendorfer Imperial y que el compositor compartía con diferentes personas, de todos los niveles musicales y culturales, que se acercaban a Son Bielí .

Ahora esta placa tallada con su nombre, obra de Ferran Pizà, Rafel Caldés y Antoni Tomàs, servirá para recordarlo e inspirar a los creadores.

Durante el acto de ayer también se proyectó Mort, una obra audiovisual con música electroacústica de Caimari que este compositor le dedicó a su madre, Margalida Alomar, cuando murió. En el homenaje también se pudieron escuchar diferentes obras y poemas, recital a cargo de Antoni Gost, cartas en su honor, así como contemplar fotografías y recortes de periódicos.