Amparo Sard ha presentado en ARCO una pieza —producida en colaboración con la Escuela Universitaria ADEMA, centro adscrito a la Universitat de les Illes Balears— que puede contemplarse en la Galería María Baró, el Autorretrato háptico, un NFT que trasciende lo visual y pasa a táctil, creando una nueva tendencia en el mundo del arte. Es la primera vez que en la feria de arte contemporáneo de Madrid se puede ver este tipo de trabajo donde el espectador puede perforar él mismo la pieza y tener la misma sensación táctil del proceso gracias a una revolucionaria tecnología de última generación, la realidad virtual 3D háptica y holográfica.

La artista lleva meses trabajando con los investigadores de ADEMA, referencia mundial en simulación 3D háptica y holográfica, una pieza realizada en metamateria que permite percibirla de manera háptica (táctil) en un entorno virtual como es el metaverso. Esta obra de arte está registrada criptográficamente a través de un archivo NFT.

Según la artista internacional, «se ha dotado a esta pieza digital de la sensación de sólido, un autorretrato mío que se presenta en descomposición. Lo extraordinario de esta realización», en opinión de la artista y que nunca se había hecho, «es la idea de hacer sentir más al espectador, en este caso por extrañeza de comprender cómo es el proceso háptico. Conseguir más sensaciones para dar más veracidad a lo que vemos, concepto que desarrollamos en este espacio que llamamos La emergencia es sentir».

Amparo Sard exhibe en la Galería María Baró el solo Project La emergencia es sentir, donde todas las piezas hacen referencia a la manera que actualmente tenemos de interpretar todo lo que vemos.

En opinión de la artista, «parece como si las nuevas tecnologías fueran demasiado rápido para que el ser humano pueda interpretar las cosas bien. Miramos a través de nuestras pantallas catástrofes ecológicas y sociales como si se tratara de una película de ciencia ficción. Por eso, busco la extrañeza en las obras, dimensiones exageradas, deformidades, lenguaje siniestro. Y en esta ocasión, buscando con el Autorretrato háptico, que será pieza central de la exposición, forzar las sensaciones táctiles. Que el espectador lo viva en primera persona todo el proceso creativo. Dar más sensación es conseguir facilitar al espectador más veracidad a lo que vemos, que es de lo que habla el stand».

Otra de las piezas importantes del stand, explica la artista, «es un árbol de grandes dimensiones que irrumpe de manera sobrecogedora, como si hubiera nacido antes de tiempo, o demasiado tarde, haciendo una metáfora sobre el tiempo que necesitaríamos añadir a nuestra percepción para interpretar bien las cosas».

La obra de Sard es una lucha constante sobre la condición humana. Durante el desarrollo de su carrera investiga sobre la nueva mirada, sobre cómo todo evoluciona tecnológicamente tan rápido que el ser humano acaba evidenciando sus limitaciones para seguir el ritmo de la tecnología.