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Música/Televisión/Teatro

Pedro Ruiz: "Sin darnos cuenta, Serrat nos rescató de silencios e ignorancias"

El humorista, actor, presentador y músico graba en Mallorca con Jaume Sureda un tema dedicado al cantautor catalán

El polifacético Pedro Ruiz, en Palma

¿Cómo se entrevista a un maestro de las entrevistas?

Yo no soy periodista, nunca lo he sido ni lo he intentado. Estudio Estadio nació en mi vida como consecuencia de una casualidad. Con Franco de lo único que se podía hablar mal era del árbitro. Por eso inventé Estudio Estadio. Luego el Opus me obligó a dejar la tele y me dediqué al teatro y las películas, que es mi trabajo. Hice entrevistas con La noche abierta [en La 2], pero yo no soy periodista, sino un artista que conversa con otros y quizá porque tengo la experiencia de conversar con otros que me entrevistan a mí, sé lo que pone cómodo al otro. Decía Josep Pla, al que conocí: “Escuchar es poner atención a lo que dice el otro huyendo del barullo que todos llevamos dentro”.

Llega a Mallorca para grabar un dueto con Jaume Sureda, del tema ‘Joan Manuel Serrat’, publicado en su disco ‘Mis canciones’, de 1986. ¿Qué ha significado Serrat en su vida?

Yo tengo una actividad musical que a mí me interesa mucho, desde hace mucho tiempo, cuando empecé a componer con 16 años. Pero como he hecho otras cosas, esas han tapado a la música, y a veces habrá parecido que es un capricho, pero no lo es. Agradezco mucho a Sureda que haya pensado en mí porque esa canción la he cantado solo una vez en la vida, para ese disco. Serrat la conoce y además le gusta. Me llevo muy bien con él. Ese tema refleja que Serrat no solamente es un cantante de nuestras vidas, también de nuestras libertades. Yo, que paso por ser una persona culta, digo paso por serla pero no lo soy, tengo grandes lagunas, y sin embargo a través de Serrat he aprendido cosas que me pasaban por dentro y no sabía explicar. Por eso la canción empieza diciendo: “Dormían tantos niños en nuestro subconsciente, vivían tan proscritos que un día de repente salimos al recreo oyéndote cantar”. Sin darnos cuenta, Serrat nos rescató de silencios e ignorancias.

¿Cómo nació su amistad con Serrat?

Yo estudiaba para actor en la Escuela de Radiodifusión, tenía 17 años. Coincidí con Constantino Romero, de quien me hice amigo, y un día, tras las clases, fuimos al Teatre Windsor de Barcelona a ver La innocència jeu al sofà. Llevaba 100 representaciones y había un final de fiesta. Ahí salió un chico con una guitarra: Serrat. Le conocí ese día. No me considero un íntimo amigo suyo pero creo que nos tenemos mucho afecto mutuo.

¿Qué es la amistad para usted?

Hay una frase castellana que me gusta mucho: “La amistad es como la sangre, acude a las heridas sin que la llamen”. Otro refrán dice: “Más vale un toma que dos te daré”. Eso es la amistad.

La música siempre le ha acompañado, como una buena amiga. ¿La cultiva a diario?

Sí. No hay día que no toque la guitarra y componga una o dos estrofas. Me comprometí conmigo mismo, al margen de la canción, a que no pasaría un día de mi vida sin inventar algo, aunque sea una tontería, porque eso significa tener el motor entrenado.

Pedro Ruiz, ayer en La Vileta (Palma) GUILLEM BOSCH

Usted marcó época en la televisión. ¿Qué se salva de la televisión actual, si es que la ve?

La veo y espero volver a ella, si es posible, porque mi extremadísima juventud me lo aconseja. La televisión se ha convertido en una dictadora. Las televisiones profesionales han echado a los autores, y hay un control de realización donde unos muchachos de buena fe pero pertrechados por gente que está por encima de ellos manejan unos pinganillos, y la gente de los estudios está movida por un pinganillo, en la mayoría de los casos. Y por esa cuestión hay cinco o seis tipos de programas, no más. La televisión actual no quiere autores, no quiere a nadie en el plató que piense más que el directivo, porque molesta. Aunque siempre que pienso en televisión siento que mi casa natural es la televisión pública. Hasta hace poco no he podido entrevistarme con ellos pero ahora parece que el viento cambia.

¿Con qué proyecto le gustaría volver a la televisión?

No lo sé pero sí sé que en este momento lo más revolucionario es respetar. No es tiempo de trincheras sino de puentes porque como tiremos del mantel de la convivencia lo romperemos. Estamos en un país donde ya no cabe una polémica más. Ya no toca escuchar al otro con interés, hay que hacerlo con afecto. Porque aunque no tenga razón, tiene su razón. Yo estoy en un punto de mi vida en que ya no quiero tener razón, quiero tener derecho a no tener razón.

¿Qué ha sido lo más bonito que le ha dado su intensa trayectoria profesional?

Amistades, además comprobadas; ser transversal, ser tan amigo de Serrat como de Raphael, por ejemplo. Tengo amigos en el mundo del deporte, la literatura, el teatro, la música, el cine… Tengo planificado intentar escribir no unas memorias, porque no me gustan, pero sí por lo menos unos retazos de recuerdos titulados Mi vida es una anécdota. Si empiezo a contar anécdotas, positivas todas, de gente con la que he estado… Nuréyev, Dalí, Sara Montiel… y cosas que me han pasado con ellos, dirían: no me lo puedo creer. Este reloj que llevo, por ejemplo, es un regalo de Rocío Jurado por unas canciones que le hice.

¿Cómo le gustaría ser recordado?

Sin pesarle a nadie. No creo en la posteridad. La posteridad es una estantería que se llena de polvo. Estamos en el año 2022, de 125.000 años que existe el chimpancé de pie, y solo 6.000 años de la escritura. ¿Quién va a recordar a quién? Somos una mota de polvo en una canica, una infección en un planeta que estropeamos, somos un simio con el ombligo inflamado. ¿Hablamos de modernidad porque tienes un TikTok en el portátil? ¿De qué estamos hablando? Vete a cagar pero lejos, si es posible.

Pum, pum, pum, cuerpo a tierra todos”, leo en su Twitter. ¿Cómo está soportando la tormenta que sacude al PP?

Con absoluta indiferencia. Esto es la versión del “quítate tú que me pongo yo”. Ha ocurrido antes, en el Vaticano, Roma, Estados Unidos, Endesa, Iberdrola, Apple, Google y en todos los sitios. Ninguna novedad. El chimpancé mata al chimpancé para quitarle el sitio. Fin de la cita.

¿Cree que esta guerra total puede provocar el hundimiento del partido que lidera Casado?

Pues ya flotará otra vez. A mí me tiene sin cuidado pero: ¿el que habla de corrupción se ha dejado hacer un análisis de su propia corrupción o lo que tiene es un discurso? Como decía José Sámano: “Nadie resistimos un análisis, por lo tanto, entendámonos mejor porque estamos de paso”.

¿Qué es lo más noble que ha visto en la pandemia?

Que los que menos cobran sean los que más trabajan.

Artista por vocación, ¿aun le queda mucho por probar?

Sí, estoy empezando. Solo tengo 74 años y me han dicho que viviré 200 más.

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