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Damon Albarn y Justine Frischmann: la borrachera de celos, drogas y britpop que acabó con la pareja más magnética del indie

El documental 'Damon Albarn: un cuento inglés moderno', estrenado en Movistar +, desgrana la problemática relación entre los líderes de Blur y Elastica

Damon Albarn y Justine Frischmann, de parranda, tras el estreno de Trainspotting’ en Cannes.

Durante siete años Damon Albarn y Justine Frischmann fueron algo así como los Mick Jagger y Marianne Faithfull del britpop. A mediados de los 90 ambos triunfaban al mando de Blur y Elastica, sus respectivas bandas. Eran jóvenes, ofensivamente fotogénicos y la prensa adoraba su arrogancia. Aunque lo que pocos sabían es que, en la más estricta intimidad, su relación distaba mucho de ser idílica. Como tantos otros tocados por la varita de la notoriedad, los excesos de la fama les pasaron factura.

De hecho, en el documental 'Damon Albarn: un cuento inglés moderno', recién estrenado en Movistar+, el también artífice de los animados Gorillaz no menciona ni una sola vez a su ex. Décadas después de tomar caminos distintos, sus viejas rencillas siguen latentes.

Relación abierta

Desde pequeña, a Justine se le daba bien la pintura y fantaseaba con ser artista. Pero ante la negativa de su adinerado padre, el prestigioso ingeniero Wilem William Frisch-mann, optó por estudiar arquitectura en el University College de Londres. Allí conoció a su primer novio, Brett Anderson, con quien fundó en 1989 los todavía en activo Suede.

Todo parecía ir de maravilla entre ellos. Sin embargo, al año siguiente, Albarn se quedó maravillado al verla tocar en el Zap Club de Brighton. Y no precisamente por sus dotes con la guitarra. “Tras esa noche se encargó de buscarme”, desveló Frischmann en las páginas de 'The Guardian' en 2003. “Me llamó por teléfono para ofrecernos un concierto y me anunció que yo era la elegida, que nos casaríamos y que no tenía elección. Me quedé bastante sorprendida: nadie me había dicho eso antes. Era muy guapo. Tenía unos ojos azules enormes”.

Anderson poco pudo hacer. En la primavera de 1991 Frischmann no solo abandonó Suede, sino que se refugió en los brazos de Albarn. “Teníamos una relación bastante inusual”, confesó en la publicación. “Nos considerábamos bastante modernos y no nos afectaban las mismas reglas que a los demás. Lo de ser abiertos no me hacía ninguna gracia, pero no había otra opción. Si estás con Damon, vas a tener una relación abierta”.

El precio del éxito

En 1994, tan pronto como Blur se encaramó hasta el número uno de las listas británicas con el álbum 'Parklife', Albarn sufrió una crisis nerviosa. Aunque si un año marcó el principio del fin ese fue 1995: el mismo en el que Elastica (el cuarteto que Frischmann formó junto al batería Justin Welch, la bajista Annie Holland y la guitarrista Donna Matthews) vendió un millón de copias de su homónimo debut. La mayoría, en Estados Unidos.

“Para Damon fue difícil cuando Elastica empezó a tener cierto éxito en América. Es curioso. Ambos creíamos que estábamos demasiado evolucionados para los roles de género clásicos, pero mirando hacia atrás, él pensaba que su banda era más importante que la mía porque era el chico. Y en cierta manera, yo también lo pensaba”, declaró a la revista 'Uncut' en 2017.

Era un caos

Lo peor, de todos modos, aún estaba por venir. Dada la frenética agenda de conciertos de Elastica en Estados Unidos, en 1995 la pareja solo convivió tres semanas en su recién estrenada casa de Notting Hill. A eso, se le sumaron otros dos conflictos: la creciente adicción a la heroína de Frischmann, una vez concluyó la gira en 1996, y el acoso de la prensa amarillista. “Es difícil para cualquiera sobrevivir a la atención de los tabloides. Nosotros éramos unos críos. Estábamos bajo mucha presión y no nos veíamos mucho una vez que todo empezó. Además, él bebía mucho. Era un caos. No podríamos haber sobrevivido. No éramos lo suficientemente maduros”, reflexionó al respecto en 2017.

'“Insensata” forma de vida

Pese a sus notorias infidelidades, Albarn persuadió a Frischmann para que dejara de actuar y tuvieran un hijo. Por un momento ella se lo planteó seriamente, pero no se atrevió a dar el paso porque los cimientos de su relación ya estaban demasiado maltrechos. Como apuntó en 'The Guardian': “Había llegado a un punto en el que no era una forma sensata de vivir. Habíamos dejado de remar en la misma dirección. No dormíamos en la misma cama. Y hacía tiempo que no lo hacíamos, dicho sea de paso”. En la primavera de 1998, finalmente, rompieron.

Pasión por la pintura

Una vez soltera Frischmann abandonó la heroína y se refugió en el estudio para grabar el segundo y último largo de Elastica, aquel 'The Menace' que aterrizó en las tiendas en el 2000. Un año más tarde, ante el frío recibimiento de sus nuevas canciones por parte del público y la crítica, disolvió la banda.

En la actualidad, alejada del foco mediático, vive en la bahía de San Francisco con su esposo, un científico climático llamado Ian Faloona, y se dedica a su gran pasión: la pintura. A diferencia de Albarn, Anderson atesora varios de sus cuadros.

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