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Rutas culturales para sorprender a los pekes

El guía infantil Pedro Sancho estrena esta Navidad ‘Animales fantásticos en la Catedral’ tras el éxito de sus cinco recorridos urbanos, entre ellos ‘Piratas, corsarios y marinos’

El guía Pedro Sancho ayer con varios de los niños que participaron en la ruta ‘Animales fantásticos de Palma’.

«En la Catedral hay pingüinos». Así de claro. «Y también grullas y osos polares». Imagínense lo que estas frases pueden provocar en la mente de un niño. Como mínimo, curiosidad por saber más. Las preguntas «¿dónde?, ¿por qué?» resuenan en las cabezas de los progenitores y las respuestas, «no todas», las ofrece el guía infantil Pedro Sancho, autor del popular blog Pekes Mallorca y de las rutas culturales que realiza desde 2019. Durante esta Navidad ha iniciado una nueva, Animales fantásticos en la Catedral, que combina el tradicional recorrido explicativo con una gincana. El objetivo es «que las familias participen de forma activa» y el único requisito es «traer prismáticos», ya que las figuras en la fachada y los vitrales están lejos, como comprobaron los primeros asistentes, mayores y pequeños, «muy sorprendidos» por todo lo que esconde la Seu de Mallorca. Los días 3 y 4 de enero repetirá la experiencia y mañana por la tarde ofrecerá Por i Mopis, una de sus exitosas rutas urbanas junto a las de Piratas, corsarios y marinos; Dulce, salado y juguetes; Oficios de nuestros abuelos; Las murallas de Ciutat y Animales fantásticos de Palma.

Una niña observa el plano con el recorrido. G. Bosch

Los que ayer asistieron a esta última comenzaron conociendo al Rei en Jaume y su caballo en la plaza de España, descubrieron que un cerdito asoma la nariz en el convento de Sant Antoniet y que en la basílica de Sant Miquel hay un escudo con un león. Más populares son el Drac de na Coca, la Rata Pinyada y el dragón de Sant Jordi, que también visitaron, y disfrutaron con un cuento en la librería Ínsula Literària. Unas dos horas de recorrido que a una niña de cinco años le parecieron muy poco cuando hizo la ruta durante el puente de diciembre.

En la librería Ínsula Literària escucharon un cuento. G. Bosch

«Al terminar la visita, se puso a llorar porque quería más. Decidí continuar para calmarla y fuimos a ver el bestiario de la Seu y a la Llotja, donde le conté la leyenda del Peix Nicolau. Estuvimos casi tres horas y se quedó tranquila», relata sonriendo. Sancho se va adaptando a las diferentes edades de los niños con explicaciones «modulables», como define. «Si la mayoría tienen cinco o seis años, el contenido de la ruta es menos denso y menos histórico que si son de 11, 12 o 13 años; y algunas no las recomiendo para los niños pequeños, como Las murallas de Palma y Dulce, salado y juguetes, que dura más de tres horas con mucha información», advierte el guía cultural.

Como padre y profesional que trata con el público infantil, no deja de impactarle «la sinceridad y lo directos que son, además de muy, muy preguntones». Aunque le encanta, ya que «algunas de sus preguntas te desmontan todos los esquemas y te obligan a pensar», afirma quien se ha quedado sin respuesta en más de una ocasión. Pedro Sancho también cuestiona a los niños «con la idea de hacer las visitas más dinámicas» y le ocurre lo mismo: «A veces me han dado respuestas espectaculares», ya sea sobre los curiosos mopis, esos animales imaginarios que aparecen incluso en las rondalles mallorquinas, o sobre cualquier tema tratado en las rutas.

Algunos se aburren y hay otros que «en principio parece que no prestan atención, pero tienen el radar puesto y realmente sí están interesados en las explicaciones, pese a que no hacen un contacto visual durante la charla», señala. El guía de Pekes Mallorca lo ha ido aprendiendo con la experiencia y por eso no se preocupa cuando los padres lamentan que sus hijos no han hecho caso. «Les aseguro que sí han escuchado y que esa tarde los niños les van a acribillar a preguntas sobre el tema».

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