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Arte

Pep Noguera dona al Reina Sofía dos obras de la histórica 'performance' de Pepe Espaliú

El actor ha entregado al museo la hucha que Toni Socias creó para ‘Carryng’, la acción con la que el artista cordobés, víctima del VIH, se alzó contra el sida, y una de sus icónicas camisetas

Los técnicos del Reina Sofía visitaron a Pep Noguera en su casa de es Capdellà hace unos meses

Hubo un tiempo en que el VIH era sinónimo de exclusión social. En la década de los 80 y primeros 90, cuando la denominada ‘enfermedad de las tres haches’ (la padecían principalmente los heroinómanos, hemofílicos y homosexuales) se cobró la vida de miles de personas, la enfermedad se fue instalando poco a poco en los medios, una presencia que ha llegado hasta nuestros días y que se consolidó gracias a víctimas como Pepe Espaliú, un artista que confesó que estaba infectado de sida y que creó una performance, Carryng, para subrayar sin tapujos que era portador del sida.

Formado en Sevilla y posteriormente en Barcelona, Pepe Espaliú (Córdoba, 1955-Madrid, 1993) empezó a consagrarse artísticamente en la década de los 70, a través de la pintura, la escritura, y sobre todo la escultura. La máscara, la identidad, la construcción de la imagen y el cuerpo, el contacto y la mirada del otro o la ocultación y el deseo son algunos de los temas recurrentes sobre los que trabajó este artista. Abiertamente homosexual, también se le valora por hacer profundas conceptualizaciones de la vivencia del sida, enfermedad que padeció, y con la que dialogó con valentía. En 1992 creó una performance, bajo el título de Carrying («que lleva»), que consistió en una hilera kilométrica de voluntarios que, por parejas, y con Espaliú siempre en brazos, sin tocar el suelo, hizo desfilar al artista, primero por las calles de San Sebastián, coincidiendo con el festival de la ciudad, y después en Madrid, desde las puertas del Congreso de los Diputados hasta los alrededores del Museo Reina Sofía, con la participación de nombres propios como Carmen Romero, mujer del entonces presidente Felipe González, Pedro Almodóvar, Marisa Paredes o Pep Noguera, de Diabéticas Aceleradas.

Pepe Espaliú, en el centro, abrazado a Alaska Efe

Ahora, 30 años después de aquella performance, buena parte de todas esas obras que surgieron alrededor del sida han entrado en el Reina Sofía, como la sillita de la reina que dibujó Espaliú y que trasladó a distintas camisetas para su Carryng —Pep Noguera guardó como «un tesoro» durante tres décadas una de ellas, hasta convertirse en la única camiseta que hoy se conserva—, o una hucha también utilizada en aquella performance, obra de Toni Socías, con la que se recaudaron fondos para el único centro de acogida que existía en España dedicado a enfermos terminales de sida (Basida, en Aranjuez).

Imagen de la hucha creada por Toni Socias y de la icónica camiseta de Espaliú que Noguera ha conservado durante 30 años

«En el 92 yo contaba 26 años, y Mallorca se me quedaba pequeña. Con Diabéticas nos habíamos instalado en Madrid, en el barrio de Atocha, tres años antes, llevados por nuestras inquietudes artísticas, como también lo había hecho las hermanas de Peor Imposible», recuerda Noguera. 

«El tema del sida estaba en plena ebullición», señala el actor y guionista palmesano, que no dudó en sumarse al Carryng madrileño de Espaliú, una acción que mezcló arte, política y humanidad, y que hoy sigue siendo un ejemplo de lucha ante las ideas preconcebidas y la discriminación.

«Cuando el pasado verano me llamaron del Reina Sofía y me explicaron el proyecto de la exposición permanente dedicada a Espaliú no pude negarme. Son dos obras de arte que merecen estar al alcance de todos», reconoce.

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