La escritora Almudena Grandes, fallecida este sábado a causa de un cáncer, estuvo en Mallorca en varias ocasiones.
A mediados de los años 90, ya consagrada con su tercera novela, Malena es un nombre de tango, recaló en Palma para hablar de lo que conocía, de literatura, y para participar en el curso "Fin de siglo y creación literaria en Hispanoamérica", organizado por la UIB.
“Los lectores son el único premio que no se puede amañar”, declaró en una entrevista con este diario en marzo de 1995. En ese momento, consideraba que Malena es un nombre de tango era el “éxito más valioso” de su vida “en todos los sentidos”.
Dos años después, en su segunda visita a la isla, reflexionaba sobre la literatura escrita por mujeres, un tema sobre el que se veía obligada a reflexionar: “Escribo desde el punto de vista femenino porque soy una mujer; el género determina la visión del mundo en un segmento similar al que un rico tiene frente a un pobre, o una persona fea a una hermosa. La cuestión es que conviene no insistir en convertir la literatura de mujeres en un género”,
En esa ocasión, compaginaba su reciente maternidad con un nuevo proyecto, pero advertía que ella era “de escritura lenta”.
Ya en el año 2000, tras publicar Atlas de geografía humana, fue invitada al ciclo Mujeres novelistas, donde de nuevo tuvo que pronunciarse sobre la clasificada como literatura femenina: "Se da una situación de la que me gustaría librarme, pero de la que no puedo escapar. Como escritora estoy obligada a reflexionar".
Para ella, "el problema es que no solo tiene género, tiene edad, nacionalidad y tantos otros atributos. El género es uno de ellos pero no divide la literatura en dos mitades", defendió.
Acerca de su obra, ella aseguraba que "el placer más grande al escribir es elegir las palabras, no la idea".
