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Entrevista
Eugenio Merino Artista

«Lo de Casado es otro elemento más dentro de un franquismo sociológico que sigue instalado en nuestro país»

Merino participa en el ciclo de conferencias Memòria de Tardor, organizado por el Govern

El artista Eugenio Merino posa junto con la pieza 'Always Franco'. Efe

Su obra 'Always Franco', la figura del dictador dentro de una nevera, le convirtió en objetivo de la Fundación Francisco Franco, que le denunció. Él acabó ganando el juicio. Mañana a las 18.30 horas estará en el Casal Son Tugores de Aalró.

¿Estamos en un país que no tolera que usted meta la figura de Franco en una nevera, pero no pasa nada si el líder de la oposición va a misa en honor al dictador?

Lo mío fue en 2012, tuve que ir a juicio, tuve que defenderme y buscarme un abogado y creo que la situación ha empeorado mucho. Hoy, un artista que plantee cualquier cosa relacionada con Franco tiene de frente a un partido como puede ser Vox, a una fundación como la Fundación Nacional Francisco Franco, que por ahora no está ilegalizada, y también a los Abogados Cristianos. Se ha judicializado todo lo que tenga que ver con la ofensa a todos estos personajes. Lo de Pablo Casado es otro elemento más dentro de un puzzle que básicamente conforma un franquismo sociológico que sigue instalado en nuestro país.

¿Ha echado de menos que se le exija con mayor contundencia explicaciones a Casado?

En España no es ilegal ir a una misa de Franco. Pienso que esta gente que es de ultraderecha o de derechas ultra hace lo que tiene que hacer: son fachas haciendo cosas de fachas.

Salió ganando en los tribunales frente a la Fundación Francisco Franco.

La abogada me dijo que podía o no ganar, eso dependía mucho del tipo de jueces que me tocaran, pero salí ganando. No pasó nada más allá, excepto que desde ARCO se me penalizó, de alguna manera indirecta. Dentro de la demanda que me llegó de la Fundación Franco había una carta de José María Álvarez del Manzano, que era el presidente de Ifema en ese momento. En esa carta él decía que él hubiera quitado la pieza de ARCO el mismo día de la inauguración si no hubiera sido porque había salido en la portada de El País. No me preocupa tanto que haya una Fundación Francisco Franco o una asociación de abogados cristianos, sino todo lo que ello implica dentro de las instituciones y el poder. En el caso del arte, hay una cierta injerencia política que hace que los artistas con conciencia política acaben enmarañados en este tipo de cosas sin el apoyo de la institución. Yo nunca he recibido ningún apoyo de Carlos Urroz, que era el director de ARCO en ese momento. Todos hacen lo que supuestamente tienen que hacer, pero acaban apoyando a la ultraderecha.

¿Cómo fue penalizado?

Fui vetado. Parece ser que la censura solo existe en Cuba, y no. Cuando hablamos de política, de la monarquía, en España también hay una censura que ocurre de una manera no tan evidente y muy especializada, de una forma más perfecta, donde todo el mundo, cumpliendo su trabajo, va cerrando puertas.

¿El arte tiene que ser reivindicativo contra las injusticias?

Si a un artista le preocupan los temas políticos o sociales, el arte puede aportar una visión sobre esos temas, puede cuestionarlos, ponerlos en evidencia. Puede sacar a la luz elementos que parecen escondidos, puede aportar algo. Los temas que he tratado siempre me han interesado de base porque me tocaban de alguna manera. No es que la evasión fiscal me toque, pero sí que es cierto que ha estado presente en toda la historia de España. Y creo que la parte de la corrupción me interesa casi desde un punto de vista irónico, como si dijéramos que la marca España es la corrupción. Esa mezcla de humor con temas políticos es lo que me interesa.

¿Puede avanzar su conferencia de mañana? ¿Qué es el contramonumento?

Intentaré contextualizar una serie de trabajos míos de los últimos años en un concepto muy interesante, que es el del contramonumento, que hace alusión a cuestionar el propio monumento. Como algo que está impuesto, cargado de una ideología, como algo que trasmite una serie de ideas que el poder quiere instaurar en determinadas sociedades. El contramonumento actúa contra todo eso, es un concepto de James E. Young, que planteaba que hubiera una voz de los vencidos.

¿Sus obras se entienden bien?

Por lo general sí, porque suelen ser bastante directas y claras, pero hay piezas un pelín más crípticas que mejoran mucho con una pequeña explicación.

¿Cómo las placas en referencia a monumentos?

Las placas son bastante crípticas, necesitan una explicación, son más subjetivas, porque solo hablan de un monumento y solo tienen una geolocalización. La idea de monumento también alude a que nos movemos por España y apenas prestamos atención a los monumentos que nos rodean. Y cuando te paras a pensar o a investigar, te das cuenta de que muchos están relacionados con el franquismo y que pasan desapercibidos porque no les hemos dado la importancia y se han convertido en un paisaje cotidiano.

No sé si sabe que en Palma tenemos un gran monumento de la época franquista, cuyo derribo será decidido en los tribunales...

En Mallorca tenéis uno de los grandes problemas, que es el concepto Joan March, que es como el origen de toda la Guerra Civil, el origen de la financiación, que me parece una losa. Y aparte el tema de los monumentos. Creo que habría que recuperar esa idea romana que consistía en destruir los monumentos de los gobernantes que habían sido deshonrosos.

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