El Obispado de Mallorca ha restaurado una treintena de piezas en los dos últimos años, además de afrontar reparaciones en sus parroquias. De ellas, la de Banyalbufar es la que necesita una mayor intervención e inversión, ya que debido a los temporales hay que poner un tejado nuevo.

En tiempo de pandemia, el taller de restauración del Obispado, dirigido por Antònia Reig, ha trabajado en 11 esculturas, 5 pinturas sobre madera, otras 11 pinturas sobre tela, así como en la sillería de Porreres y en el retablo del Convent de Campos.

El vicario episcopal de Patrimonio Histórico y Cultural, Francesc Vicens, ha dado a conocer la memoria bianual de este área y las principales acciones llevadas a cabo, que en cuestión de mantenimiento supone realizar reparaciones semanales en las distintas iglesias. “Lo urgente lo llevamos controlado”, ha manifestado Vicens.

A más largo plazo, el Obispado está trabajando en los planes directores de grandes conjuntos monumentales, como la Cartoixa, la ermita de Betlem, el Puig de Pollença, o el convento de Sant Agustí en Felanitx, ha explicado el vicario episcopal. “Son edificios vivos, no son museos, donde hay un uso diario y se tienen que combinar los diferentes elementos”, ha añadido sobre estos proyectos.

Bartomeu Bennàssar, aparejador del Obispado, ha comentado que a diario reciben peticiones de parroquias. "El Bisbat, con los recursos que tiene, hace milagros", ha declarado sobre la inversión que se destina a estas reparaciones y que no han podido cuantificar, ya que las iglesias asumen parte de estas intervenciones con sus fondos. Vicens sí ha estimado que el mantenimiento de los edificios parroquiales puede suponer entre el 30 y el 40% de los ingresos de cada templo.