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Mar Aguiló plantea una investigación «más personal y completa» con su estreno ‘Stella’

La bailarina, que suma 14 años en la Compañía Nacional de Danza, ha debutado como coreógrafa de una pieza de danza contemporánea de gran formato que se ha podido ver en los Teatros del Canal

La bailarina y coreógrafa Mar Aguiló, en el casco antiguo de Palma. Guillem Bosch

Mar Aguiló (Palma, 1987) cumple 14 años como bailarina de la Compañía Nacional de Danza (CND). Una etapa marcada por la «resiliencia» que le ha permitido trabajar con cuatro directores diferentes [Nacho Duato, Hervé Palito, José Carlos Martínez y Joaquín de Luz] y ha motivado que su vocabulario «haya ganado en riqueza», afirma la también coreógrafa, que estrenó hace unos días en los Teatros del Canal (Madrid) su primera pieza de danza contemporánea de gran formato, Stella, con la que plantea «una investigación más personal y completa».

«El hecho de haber tenido cuatro directores es como haber trabajado con cuatro compañías diferentes. De todos aprendí pero Martínez y De Luz, sobre todo, me han dado espacio para crear mi propio lenguaje personal. Es un privilegio poder compaginar mi faceta de bailarina con la de coreógrafa», confiesa.

Consciente de que el paso de bailar a crear es una evolución natural, Aguiló lleva unos años entregada al ejercicio coreográfico. «Cuanto más me alejo de la idea de intérprete y busco más en mi interior, mejor bailo», asegura una mujer poco amiga de las planificaciones y las expectativas: «Quiero que fluya mi carrera, que sea el cuerpo, el trabajo y mi amor a la danza los que decidan. Cuando pensaba que la danza ya no tendría nada para mí, se abrió todo un universo».

Aguiló llegó a la CND en 2007, con Nacho Duato como director, cargo que dejaría tres años después. Trabajó poco tiempo con él pero el suficiente para considerarle su maestro. «Duato es una persona con mucho carisma. Cuando entra en el estudio, se nota el respeto que los bailarines sienten hacia él. Yo he cogido referencias de muchos coreógrafos pero tengo la herencia suya de la musicalidad en sus procesos creativos sobre su capacidad para transformar en algo plástico y estético el sonido», subraya.

Una década después, Duato vuelve a trabajar con la CND, que el próximo 25 de febrero estrenará en Santander, en el Palacio de Festivales de Cantabria, una pieza suya, Morgen. No será el único desafío al que se enfrente la compañía, que también tiene programados otros nuevos proyectos, como Polyphonia, de Christopher Wheeldon, o Grosse Fuge, de Hans van Manen.

Al margen de sus proyectos como bailarina, Aguiló seguirá explotando su faceta de coreógrafa. El pasado mes de octubre estrenó en los Teatros del Canal Stella, su primera pieza personal junto a la productora y compañía de danza ELAMOR de la cual es directora creativa, que fue representada por bailarines de la CND y el Ballet Nacional y con la que logró dos días de sold out. «Stella es una carta de amor a la danza a través del universo nocturno. Sin más escenografía que la iluminación creada por Oscila y con una intensa composición musical original de Aire, revela el movimiento profundo de los siete intérpretes que no llegan nunca a salir del espacio escénico a veces en la penumbra y otras incandescentes», explica.

En Stella, añade Aguiló, cuerpos contemporáneos, clásicos y de danza española se equilibran en un punto común, la conexión con las emociones, la música y el grupo. «El resultado es un dispositivo coreográfico de apariencia caótica, como el universo, pero infinitamente creador, que genera interludios de soledad, ansiedad, angustia, incertidumbre, placer y también amor. Me gustaría que Stella se pudiera ver en Palma», comenta su autora.

Si las emociones son el motor de su movimiento, en esta pieza se rige por la sensorialidad y la escucha del grupo. «Siempre en escena, a los bailarines sólo les ampara la experiencia factual y física de la danza. Como resultado Stella no es una pieza que responda a un patrón, ni una búsqueda de la perfección en la composición coral o el virtuosismo individual, sino un átopos donde se percibe la vulnerabilidad y las emociones de los intérpretes», concluye.

El dúo Afterlove y Arriaga, creada junto a sus directores Joaquín de Luz y Pino Alosa, ambos encargos de la CND, también llevan su firma como coreógrafa, como Fandangos y tonadillas, en colaboración con la Compañía Nacional de Teatro Clásico. «Llevo unos meses de mucho trabajo. Tengo una fuerte resaca emocional y física, pero estoy cargada de ilusión y muy agradecida a Joaquín de Luz», aclara.

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