‘Humillados y ofendidos’, con la que Dostoievski inicia su madurez literaria, escrita a la vuelta de su exilio en Siberia, es una novela clave para comprender el conjunto de su obra y la Rusia del siglo XIX. Crónica de amores imposibles, al tiempo que drama social y tragedia sentimental. Es, sin duda, un ejemplo capital del inagotable universo narrativo de Dostoievski.

Con traducción e introducción a cargo de Fernando Otero y de José Ignacio López, nos llega una nueva reedición de Alba editorial que renueva la magia del gran escritor.

De un lado están los humillados, como Nikolái Sergueich Ijménev, mancillado injustamente por el cruel príncipe Válkovski. De otro, los ofendidos: Natasha, la hija de Nikolái Sergueich Ijménev, seducida por el joven y bondadoso Aliosha, hijo del malvado príncipe Válkovski, enfrentado con el padre de ella.

El narrador, el escritor Iván Petróvich, amigo de los Ijménev, está enamorado de Natasha y sufre al ver que esta ama a Aliosha. Dostoievski se ha autobiografiado parcialmente en este Ivan, literato novel, desconocido y pobre en lucha con los editores y los críticos. En el entorno de Nikolái Sergueich Ijménev está también la joven Nellie, huérfana, enamorada a su vez de Ivan Petróvich, que muere prematuramente.

‘Humillados y ofendidos’, de Dostoievski.

Son seres que se aman y se hacen sufrir, sin embargo unos a otros, contra su voluntad, pues son generosos y buenos. Tal es así que luego Natasha, para hacer feliz a Aliosha lo arroja en brazos de Katia, su rival, pues cree que la hará más feliz que ella. Esta actitud del enamorado que se sacrifica es particularmente grata a Dostoievski, que la practicó más de una vez en su vida y corresponde con su complacencia masoquista del dolor.

‘Humillados y ofendidos’ es un melodrama, con final feliz. No es una novela social, aunque el conflicto de clase, eterno en la vieja Rusia, aparece en la lucha entre el príncipe Válkovski y el plebeyo Sergueich Ijménev o en los amores entre el hijo del príncipe y Natasha. Lo principal en la novela es el eterno drama del amor. El amor ciego y voluble es el verdadero motor del relato, el que tiene humillados y ofendidos a esas criaturas tan sensibles. Por el amor, no por la violencia, se ha de redimir la humanidad, piensa Dostoievski. El era un poeta, un artista, que por ello rechazaba la solución revolucionaria. Por eso ‘Humillados y ofendidos’ no es una novela de protesta social sino de exaltación de los valores eternos, como el amor, y aunque éste no siempre es correspondido, los amantes se quedan con su amor y gozan del mismo de manera mística. Ya no son ofendidos, sino resignados felices.