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El sector audiovisual de Mallorca: «No queremos ser los camareros de Netflix»

Los productores isleños temen que los proyectos públicos se centren en atraer rodajes internacionales y se olviden de la industria local

Un empleado limpia uno de los coches del rodaje antes de la reciente grabación de ‘The Crown’ en el Club de Mar de Palma.

«No queremos una industria audiovisual a dos velocidades, donde solo se potencie mediante incentivos la llegada de empresas extranjeras para rodar aquí y se deje de lado la producción local, que es la que crea un mensaje propio, la que cuenta nuestras historias. La industria cultural es industria y es cultura. The Crown habla de su reina y ni siquiera las escenas en Mallorca suceden en la isla, sino que representan la costa italiana». La coordinadora de los productores de Baleares, Marta Hierro, continúa con las comparaciones: «No queremos repetir el modelo turístico, donde nos limitamos a ser el contenedor de compañías de fuera que solo contratan empresas de servicios. Seremos los camareros de Netflix si seguimos en esta dirección», advierte. La productora Cristina Gómez ha recibido alguna oferta de este tipo: «Me han llegado a proponer que abra una empresa de catering. ¿Qué quieren, que los creativos sirvan canapés?».

En absoluto reniegan de que en Baleares haya grabaciones de producciones extranjeras, pero «no puede ser solo un lugar en el que se ruede, sino que también produzca, y para ello tenemos que impulsar la industria local», tal como reitera Hierro. El portavoz de los cineastas de las islas, Lluís Ortas, recuerda que «vivimos en la sociedad del conocimiento y las empresas que cotizan y se valoran más son las que se dedican a ello. Si esto lo trasladamos al terreno audiovisual, significa invertir en I+D, como softwares de creación y desarrollo de contenidos para las tendencias actuales, que están en constante cambio y puede ser interesante tener un generador de prototipos», propone.

El proyecto del plató

Ortas es totalmente contrario al proyecto de construcción de un plató público para atraer rodajes, como propone el Govern y desde hace años defiende la Mallorca Film Commission. El cineasta cree que «la infraestructura no solo provocará más consumo de territorio y un gasto continuo a las arcas públicas, como demuestra la Ciudad de la Luz de Alicante, que está cerrada por su fracaso, sino que las productoras locales no podrán rodar ahí debido a sus bajos presupuestos. Volveremos a cometer el error de repetir el modelo turístico».

El director de la MFC, Pedro Barbadillo, es un firme defensor por «la gran demanda existente por parte de las producciones de fuera», y pone como ejemplo que «Netflix ha contratado platós en Hungría por un periodo de ocho años». «Los fondos europeos son una magnífica oportunidad», tal como destaca. Según Gómez, «un plató es un elemento más, pero lo que realmente crea demanda es ofrecer facilidades para rodar y moverte en los mercados con los profesionales adecuados».

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