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La escultura ‘Far de la Sal’ de Josep Maria Sirvent se desintegra en la Colònia de Sant Jordi

El consistorio de ses Salines tiene previsto reunirse con el artista en dos semanas para abordar los detalles de la restauración de una obra de apenas veinte años

La escultura ‘Far de la Sal’ de Josep Maria Sirvent se desintegra en la Colònia de Sant Jordi

La escultura Far de la Sal del artista Josep Maria Sirvent se está desintegrando. Con apenas dos décadas de vida, la obra, ubicada en el mítico paseo marítimo de la Colònia de Sant Jordi (entre la zona de la Bassa dels Cabots y el Carregador de la Sal), muestra un estado de abandono por parte de las instituciones públicas que el propio escultor catalán, afincado en Mallorca desde hace años, denuncia. «Eso con una obra de Miró, por ejemplo, no pasaría», afirma Sirvent, a la espera de reunirse con el consistorio de ses Salines para abordar los detalles de la restauración.

Sirvent se muestra decepcionado ante la decadencia de su escultura, elaborada con hierro y granito (su especialidad). Un deterioro que el artista asevera que se podría haber evitado si se hubieran seguido sus indicaciones, en las que explicaba cómo debía tratarse este material, que se estropea con facilidad al situarse tan cerca del mar. Pero el mantenimiento de la obra ha sido nulo durante estos años, por lo que ahora la restauración que requiere es de gran envergadura. «Necesita una intervención contundente, en la que se debe desmontar la escultura, retirar lo que está deteriorado y sustituirlo por placas», explica Sirvent.

La actuación todavía no tiene fecha. De hecho, el artista catalán solo ha mantenido una conversación con el consistorio de ses Salines, que contactó con él para mostrar su interés en restituir la escultura. Fuentes del Ayuntamiento aseguran que está previsto un encuentro entre el alcalde Joan Rodríguez y Sirvent en dos semanas para abordar los detalles de la restauración.

Experiencia desagradable

Sirvent manifiesta que es la primera vez que una obra suya se deteriora de esa manera. Otras esculturas exhibidas en Mallorca como Far, en el Parc de la Mar, o las expuestas en Es Baluard o Inca se han mantenido intactas. «Lo normal que se hace en estos casos», dice el escultor, al tiempo que detalla que se han ejecutado algunas restauraciones, todo de manera «controlada» y en los tiempos que toca.

Pero la degradación de la obra Far de la Sal no es un caso aislado en Mallorca. En palabras de Sirvent, el abandono por parte de las instituciones públicas de las esculturas que se exponen en el litoral mallorquín es una práctica más habitual de lo que parece. «Todas [las obras] tienen la misma problemática, lo que muestra una falta de respeto hacia el patrimonio cultural», señala el artista catalán, que asiente al plantearle que también implica una falta de respeto hacia los propios escultores. Según Sirvent, una solución recurrente de las administraciones pasa por la retirada de la obra, una opción que refuta rápidamente: «Esa no es la solución».

La exhibición de la escultura Far de la Sal en la Colònia de Sant Jordi se inauguró entre 2003 y 2004, «no me acuerdo muy bien del año», apunta Sirvent. Fue un proyecto que lanzó Demarcación de Costes, juntamente con el ministerio de Medio Ambiente, para embellecer el litoral mallorquín. Tras la propuesta, el artista catalán confiesa que aceptó sin pensárselo. El espacio que le sugerían «era emblemático», con la isla de Cabrera como telón de fondo. Por ello, la obra juega con dos términos: el faro y la sal. «Es una metáfora que hace referencia al faro como punto de referencia, y a la sal, en homenaje a las barcas que transportaban la sal de ses Salines a Palma», subraya Sirvent. Y mientras la burocracia sigue su cauce, el tiempo sigue azotando la escultura, que incluso ha sido empleada en el pasado por algunos (ahora está vallada) como plataforma para dar saltos arriesgados al mar.

Inca restaura otra pieza del artista catalán

El Ayuntamiento de Inca ya ha retirado la escultura de Josep Maria Sirvent para que se pueda llevar a cabo su restauración. La obra estaba instalada al principio de la Gran Via Colom, justo en el cruce con la calle General Luque. «La finalidad de esta actuación es enmendar unos desperfectos que tenía la escultura a causa del paso del tiempo y mejorar su anclaje para evitar que se vuelva a dañar y que se mantenga en un buen estado de conservación», destacó el regidor Andreu Caballero.

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