‘Hija’ de John Fante

Rigoberta Bandini es, indirectamente, ‘hija’ del escritor John Fante. En concreto, de su personaje novelístico Arturo Bandini, de quien Paula Ribó -así se llama ella- cogió prestado el apellido para su alias musical después de que se le quedara escondido en alguna parte del cerebro. El nombre de pila: algo muy aleatorio. Y la unión de Rigoberta y Bandini, aún más. De hecho, ella sigue buscando una buena historia para justificar su alias pero no la encuentra.

La voz de Caillou

A Ribó se le encendió la chispa artística de muy pequeña y prendió fuerte. Empezó de niña a hacer de actriz de doblaje. La artista barcelonesa ha prestado su voz a personajes tan reconocibles como Caillou -lo hizo con siete años- y Chihiro, en castellano, o la princesa Ana, de Frozen, en catalán.

Teatral, poética, musical

Más allá de sus inicios en el doblaje, ha trabajado en otros campos artísticos a lo largo de sus 31 años: teatro (como actriz, dramaturga y directora), escritora (tiene una novela publicada y varios poemas) y compositora. De alguna manera, todos están en Rigoberta Bandini. En lo musical, formó el trío The Mamzelles con Bàrbara Mestanza y Paula Malia.

Te enseñó que envase es igual a amarillo

Con The Mamzelles protagonizó una campaña publicitaria para fomentar el reciclaje (’Envàs, on vas?’) que aún retumba en la cabeza de los catalanes. Que los envases deben ir al contenedor amarillo parecía una cuestión de Estado. Confiesa que el bombardeo de la campaña les sorprendió incluso a ellas.

Del vacío al confinamiento

Con el final de su anterior proyecto musical (The Mamzelles), llegó el vacío para Ribó. Empezó a componer porque sí y, al cabo de un tiempo, decidió enseñar lo que había compuesto. Lanzó su primer sencillo poco antes del confinamiento y, en ese raro periodo, fue creciendo su figura. Dice que sus canciones para bailar empapado de lágrimas conectaron con ese momento.

A golpe de ‘singles’

Rigoberta Bandini es el ejemplo de que hoy se puede estar en primera línea sin necesidad de un álbum salido del horno. Lo ha hecho a golpe de singles: sumando remezclas, tiene una decena de temas. En sus primeros conciertos temía no llenar el bolo y que fuera un bucle de bises. Too many drugs abrió el camino y In Spain we call it soledad fue la brújula que le indicó que por ahí había un filón.

De Battiato a Mónica Naranjo

Sus influencias van de Franco Battiato a Mónica Naranjo, y de Julio Iglesias a Cecilia. Todos ellos están en sus canciones de una manera u otra, pasados por un filtro electrónico. En esto y en la composición de los temas tiene en casa a su pareja creativa, Esteban Navarro, la mitad del dúo Venga Monjas.

Banda familiar

A los escenarios va acompañada por una banda muy familiar. Además de su pareja a los teclados, los otros dos componentes son primos suyos: Belén Barenys (segunda voz) y Juan Barenys (percusión).

‘Playlist’ madrileña

El pasado octubre, C. Tangana incluyó In Spain we call it soledad en una playlist de canciones que le habían inspirado al hacer Demasiadas mujeres. Un preciado viento a favor en un momento en el que Ribó estaba cogiendo vuelo sigilosamente.

Quiere ser una perra

En enero publicó una canción que multiplicó su influencia. Perra, con evidente título y mensaje liberador y feminista, es un himno para sus fans. Ahora pasea su desbordante «¡quierooo ser una peeerra!» por los numerosos escenarios que pisa.