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Regina José Galindo: «Los vuelos de la CIA y las torturas en mi país fueron la base de la pieza ‘Confesión’»

La reconocida artista de ‘performances’ vuelve a Mallorca para denunciar la violencia machista con ‘Nuestra mayor venganza es estar vivas’

Regina José Galindo

37 mujeres cubiertas con telas, las 37 asesinadas en Balears por violencia machista desde que se tienen registros. Como un grito ahogado, tocarán las castañuelas este jueves a las 20 horas en la plaza de Artà para advertir que Nuestra mayor venganza es estar vivas. «Las figuras fantasmales regresan para recordarnos el valor de la vida, que depende de nosotras, a pesar de la muerte, la opresión y todos los contras que tengamos».

La reconocida artista Regina José Galindo, premiada en numerosas ocasiones por sus impactantes performances, dice de la obra que «la venganza es disfrutar de la vida y que el miedo no nos paralice, porque nunca más deben tener la comodidad de nuestro silencio ni una posición de opresión», tal como destacó este martes poco antes del ensayo general con las bailadoras de las dos escuelas existentes en la localidad artanenca, Esclafits i castanyetes y Artà balla i canta.

La artista visual de Guatemala no está en absoluto en contra de los minutos de silencio criticados recientemente en Mallorca, ya que «cualquier gesto es admitido frente a la avalancha de violencia que sufrimos. Son movimientos de resiliencia necesarios, aunque también estamos en lucha ante los retos de un sistema patriarcal que sigue oprimiendo». En esta performance, comisariada por Fernando Gómez de la Cuesta, Regina José Galindo no participa de forma presencial, a diferencia de lo que hace habitualmente, pero no la han olvidado quienes la vieron por primera vez durante la Nit de l’Art de 2007 de la mano de la antigua galería palmesana La Caja Blanca.

La galardonada Confesión se estrenó esa noche y después ha rodado por diferentes países. En Palma «sucedió algo muy peculiar y hubo momentos de gran tensión porque se produjo la adrenalina de la realidad», según rememora la artista. La acción consistía en que ella se sometía a la tortura del waterboarding y, aunque era de forma voluntaria, quien tenía que hacerlo «perdió la noción de las instrucciones».

Asegura que su vida no corrió peligro y sucedió lo que siempre busca cuando lleva a cabo sus arriesgadas piezas, «la realidad en la acción, que no haya teatralidad». La artista obtuvo las instrucciones de esta tortura de «unos archivos desclasificados de la CIA» y para crear Confesión se inspiró en «dos hechos básicos: Lo que estaba sucediendo en la isla con los vuelos de EEUU para transportar a presos sospechosos de terrorismo y que Guatemala había sido utilizada durante más de 40 años como patio trasero de la Guerra Fría y donde la tortura formaba parte del día a día. Fue muy impactante para mí saber que EEUU utilizaba otros lugares, como Mallorca, con esas mismas finalidades», confiesa.

En sus intervenciones, Regina José Galindo desconoce cómo va a reaccionar el público. «No se puede planificar, pero en general la respuesta es de entendimiento, de empatía hacia la circunstancia que pretendes debatir. No quiero empatía hacia mi cuerpo, porque no estoy hablando de mi historia, sino hacia el hecho denunciado. De lo contrario, se pierde de vista lo importante. Algunos trabajos son muy duros, pero los hago para presentar la situación desde una perspectiva distinta y ofrecer a los espectadores otras herramientas con las que entenderla».

Su otra vertiente artística es la poesía y en este caso sí escribe de su vida personal. «La tengo muy separada de mi faceta como artista visual, donde quiero explicar los problemas que me interesan, contextuales o políticos, y que veo a mi alrededor», entre los que está la lacra de la violencia machista que representará en Artà.

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