La Fundació ACA arranca este sábado, a las 19 horas, con un nuevo ciclo de encuentros artísticos bajo el título de Homenatge a la Pau. Estos actos se celebrarán siempre en la sala del piano, las terrazas y los campos floridos de la fundación.

“Esta inspiración nace desde mi profundo sufrimiento al observar cómo se ha creado una guerra contra el patronato de la Fundación cuando precisamente mi padre siempre fue un hombre de paz”, señala la hija del fundador de ACA, Eva Caimari Caldés. “Mi padre nunca hubiera consentido una guerra dentro de su amada fundación. Todos los que conocieron al papá saben que si alguna vez había una discusión el papá siempre regresaba al amor con un arròs brut que cocinaba magistralmente”, señala la también patrona de la Fundació.

Estos encuentros artísticos “no suponen ningún coste económico para la fundación”, subraya Caimari, “porque la mayoría de los artistas saldrán del Centro de Investigación de Artes Orientales/Oriental Arts Research Center, que fundé en Palma en 2009”. Músicos, bailarines, artistas marciales, lamas y niños de Mallorca, Taiwan, Reino de Bhutan, Alemania y de otras regiones participarán en los distintos homenajes a la paz.

El programa para el primer homenaje consiste en un concierto de piano a cargo de Agustinet Aguiló Orfila, un niño de diez años, alumno del Conservatorio de Palma y también alumno de Kung Fu del Centro de Eva Caimari. Interpretará obras de Bach, Mozart, Beethoven, Bartök, Stravinsky, Holst y Bertini. También habrá danza con abanico con la maestra Eva Caimari Caldés, una breve audición de música blanca del compositor y fundador Antoni Caimari y un minuto de silencio y el encendido de un cirio.

“En cuanto al legado de mi padre, si un recibo parte de él, lo entregaré todo a la Fundació para que su obra esté junto a la huella de la mano del papá. Así era su deseo y él quería que el edificio de la sala del piano en el futuro fuera como un museo y que las futuras generaciones se nutran del inmenso patrimonio de la Fundació”, sostiene Eva Caimari, que mantiene una postura opuesta a la de su hermano Antoni en el conflicto que se abierto entre él (apoyado también por un grupo de artistas que conocieron a su padre) y el patronato de ACA.