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Luis Tosar: «Ojalá el público vuelva a compartir el gran rito de ir al cine»

El actor protagoniza el nuevo anuncio de Voll-Damm, rodado en Mallorca antes de la covid, estrenado este sábado y que rinde homenaje a los productores del campo

Luis Tosar en un patatal lloviendo a cántaros.

No todas las tortillas de patata son iguales, como tampoco todas las cervezas. Bajo esta premisa, Mallorca vuelve a ser escenario de un anuncio del grupo Damm. Pero esta vez nada de cristalinas aguas donde darse un chapuzón ni jóvenes felices disfrutando del verano, sino gallinas en el campo, un olivar centenario, un patatal en una jornada lluviosa, un almacén de cebollas y una salina. La nueva campaña de Voll-Damm, que se ha estrenado este sábado, repite protagonista, Luis Tosar, y rinde homenaje a los productores agrícolas. Se rodó justo antes de la pandemia y «es muy curioso cómo ha entrado en conjunción con lo sucedido en este tiempo, ya que una parte de la población se ha empezado a dar cuenta de que hay que poner en valor los productos de la tierra, de proximidad, trabajados con más atención y cuidados», destaca el reconocido actor.

Tosar afirma que él ya tenía esta sensibilidad –«procedo del campo»– y ahora su personaje la intenta transmitir al aprendiz de camarero del corto publicitario, interpretado por Artur Busquets, a quien obliga a pedir perdón a los payeses por decir que todos los productos son iguales. Durante el recorrido por los parajes rurales de Mallorca, el exigente cliente muestra la importancia de tener una buena materia prima, en este caso huevos, patatas, cebollas, aceite y sal isleños. El rodaje se efectuó en tres días de febrero del año pasado y es el primero de Voll-Damm en exteriores, ya que las campañas anteriores estaban ambientadas en el interior de un elegante restaurante regentado por el personaje de Luis Zahera, que acabó bastante maltrecho por no tener la cerveza deseada.

Artur Busquets observa tres gallinas.

Entre las restricciones por la covid está el cierre total o parcial de la restauración, que Tosar ha vivido de cerca. «Tengo varios amigos que se dedican a esto y lo han pasado mal durante el último año, porque es un sector especialmente golpeado, aunque espero que comiencen a ver un poco de luz al final del túnel». El «halo de esperanza que traen las vacunas hace pensar que habrá algún viso de recuperación lo más pronto posible», añade. No cree que la responsabilidad de los repuntes provenga de las instituciones, que «en general intentan hacerlo de la mejor manera posible, pese a que seguramente hay algún interés político que ha provocado que se cometan errores absurdos». No obstante, el popular actor critica sobre todo que «solemos delegar demasiado en las instituciones cuando deberíamos estar más atentos a nuestra responsabilidad en el día a día, ya que al fin y al cabo es una pandemia donde los contagios dependen mucho de cómo se comporte cada uno, no de las restricciones ni de que te riña el profesor», compara.

Luis Zahera sirve una Voll-Damm con la tortilla.

Con El Arrepentido, el título del anuncio, ha sido la única vez que el ganador de tres premios Goya ha trabajado en Mallorca, aunque había visitado la isla varias veces anteriormente, un lugar que le «cautiva». «Hace unos siete años estuve a punto de comprarme una casita rural para vivir ahí pero mi vida dio un giro de 180 grados y cambiaron los planes», cuenta. Habla de la época en que estrenó El Niño, del cineasta mallorquín Daniel Monzón, con quien tiene una relación «casi de hermandad» y al que considera «el director ideal, casi el único», para rodar su película soñada: «Me encantaría hacer una clásica de aventuras. Indiana Jones hubiera sido mi gran ilusión, pero no es posible, por lo que tendremos que pensar en otro personaje», ríe.

‘El Arrepentido’ en una salina.

Habría que verla en la gran pantalla, que «está a medio gas». Cuando la situación se normalice, añade, «se conocerán los efectos de la pandemia en el ánimo de la gente para regresar a las salas». Resalta que «sería maravilloso que tuviesen muchas ganas» y no le sorprendería «que hubiese una necesidad social de experimentar esta vivencia colectiva. Ojalá el público vuelva a compartir el gran rito, la ceremonia, la liturgia de ir al cine, que por desgracia hemos tenido que perder durante todo este tiempo», lamenta.

Mientras tanto, Luis Tosar no deja de tener papeles, como el del miembro de ETA arrepentido que acaba de interpretar en Maixabel, la nueva película de Icíar Bollaín. Con ella rodó Te doy mis ojos, una de las actuaciones que más le han marcado, y ahora espera que el largometraje sobre el asesinato de Juan Mari Jauregi «sirva para abrir debates, dar más visibilidad a unos hechos que quedaron soterrados y superar poco a poco el conflicto vasco».

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