Los patronos de la Fundació ACA votaron ayer por mayoría, con el voto en contra de la familia y la abstención del Govern, que no es posible costear parte de la manutención y los cuidados que precisa su fundador, Antoni Caimari, «porque no es legal según la ley de fundaciones», detalló a este diario el secretario de la institución Miquel Àngel Tortell. «No está en nuestras manos, la manutención es responsabilidad de la familia. Y de las ayudas que puedan conseguir: está la paga de dependencia y la posibilidad de ir a una residencia», señaló el secretario. Ante esta situación, el hijo del artista, Antoni Caimari Caldés, comentó que le parecía «una vergüenza» para Balears «tener los gestores políticos que tenemos, que no defienden la dignidad del artista». Hay que recordar que la familia pidió que el artista pudiera quedarse en la casa que está en territorio ACA y solicitó una ayuda a la fundación para su manutención, extremo que ayer fue rechazado en la última reunión del patronato del año, en la que también se aprobó el presupuesto para el año que viene y el plan de actuación.

Otro de los puntos del día fue votar un cambio estatutario (que fue aprobado) para que Caimari pasara a ser presidente de honor y abandonara la presidencia «vitalicia que tenía hasta ahora», señaló Tortell. «Liniu Siquier ha sido refrendada como presidenta», señaló.

En este punto, el hijo del músico estalló. «En la propia auditoría de 2019, se señala que el patronato incurrió en una grave deficiencia al designar a un nuevo presidente, Liniu Siquier, incapacitando y cesando en consecuencia a mi padre. Intentaron conseguirlo recabando información propia, de parte, y eso no se puede hacer. Incapacitaron a mi padre de manera ilegal. Y Bel Busquets firmó. Con este punto en concreto, estamos estudiando ir a los tribunales», explicó.

«Por otra parte, nos han pedido la documentación de las marcas que hemos pedido que paguen. No la pienso entregar a no ser que haya una petición judicial», señala. «Hay algo que quiero dejar muy claro: yo no quiero heredar nada, no quiero nada. Quiero lo que quería mi padre, que la fundación sea pública, del Consell. Ahora lo que quiero es una solución digna para mi padre y que no se metan más con nosotros. Porque, si quieren guerra, nos veremos en los tribunales».

El patronato se defiende

Por otra parte, desde la Fundació respondieron al burofax remitido recientemente por Caimari Caldés. Se refirieron al «despropósito mediático» de las últimas semanas, «donde hemos padecido ataques basados en mentiras tales como que se quiere desahuciar a Antoni Caimari, como que se presiona desde el patronato para llevarlo a una residencia o que no se hacen auditorías. Ataques que sí han de ser contestados públicamente porque afectan a la honorabilidad del patronato y a la gente de su entorno». Se refirieron a la privatización de las marcas «para hacernos chantaje económico». «Es muy grave que se haya registrado de modo particular las actividades de la Fundació durante estos 40 años, porque no es propietaria ninguna persona particular y porque son obra de una fundación».