La familia de Antoni Caimari está tratando de buscar soluciones para costear los cuidados del fundador y mecenas de la Fundació ACA y evitar así su traslado a una residencia.

Tal y como ha explicado a este diario el hijo del artista, se le ha propuesto al patronato de la institución la posibilidad de que ésta alquile por una cuota mensual, cuyo coste equivaldría a las cuantías de las necesidades que debe afrontarse para los cuidados del músico, de las marcas propiedad de la familia relativas a las actividades de la fundación.

Estas marcas son el sello Unió de Músics y Encontre de Compositors, detalla Antoni Caimari Caldés. Unas marcas que, cuando empezaron las discrepancias y tensiones «del patronato hacia mi padre, él mismo me pidió que las registráramos a nombre de la familia Caimari. En este sentido, me hizo depositario de su legado», explica Caimari Caldés.

«Nosotros no queremos enriquecernos ni aprovecharnos de nadie. La prueba es que nos comprometemos por escrito a que cuando se produzca el fallecimiento de mi padre, las marcas serán cedidas gratuitamente a la Fundació», asegura.

«Hasta el momento, ellos han usado las marcas y nosotros no hemos dicho nada, pero podríamos haberlo hecho. Ha sido al ver la situación de desasistencia de mi padre y que nos han negado ayuda en el patronato, cuando hemos tomado la decisión de que se trate el tema del alquiler de las marcas en el próximo patronato de diciembre, que será día 15», señala.

Asimismo, la familia ha enviado un burofax al patronato pidiendo una auditoría, tal y como ya publicó este diario el pasado sábado. «Queremos ver las cuentas y otra documentación que en su momento se le negó a mi padre. Ante la falta de transparencia, pedimos la realización de una auditoría, que debería ser apoyada por las instituciones públicas, con el fin de conocer la gestión económica de la fundación», señala Caimari Caldés, quien recuerda que en una de las reuniones de patronato se le negó a su padre una manutención, pese a su situación de no contar con ingresos. En estos momentos, cuenta con una pensión no contributiva. Tal y como ha podido saber este diario, la propuesta era que la Fundació ACA se hiciera cargo de un coste de siete euros diarios para cubrir la manutención de Antoni Caimari. «Dijeron que no era posible que la Fundación asumiera ese coste», comenta el hijo, quien recuerda una vez más que su padre donó a ACA todo su patrimonio, y que por eso también está hoy día sin recursos económicos, «de los que también carecemos nosotros ahora mismo». «También debo decir que nosotros hemos cuidado de mi padre y lo hemos llevado al médico desde el principio», explicó a este diario Caldés mediante un justificante médico para las visitas del año 2019.