El hijo del artista pobler Antoni Caimari, Antoni Caimari Caldés, se reunirá a finales de semana con la presidenta del Consell Catalina Cladera con el fin de buscar una solución para el maestro de 77 años, «con la salud muy deteriorada», y evitar que sea ingresado en una residencia. Algunos de sus amigos y colaboradores han pedido a través de una carta al patronato de la Fundació ACA que el artista «no sea desahuciado de su hogar [una vivienda habilitada junto a la sede de la fundación en Búger] e ingresado en una residencia».

«Mi padre ha donado todo su patrimonio a la entidad, ha trabajado 40 años para ella, era un activista cultural, el fundador de todo este proyecto, un soñador. ¿De verdad que la fundación no puede ayudar a mi padre para que se quede en su casa y esté atendido? Él es usufructuario de la casa en la que vive y que se pudo levantar gracias a mi madre», explica Caimari Caldés, para quien la prioridad es, según relata, «la situación de desamparo a la que se enfrenta mi padre y no las guerras internas. Lo importante es él, hay que darle una solución, aunque desde la Fundación nos digan que no se puede». «Estoy muy contento de que Cladera vaya aatendernos y haya buena voluntad. Al fin y al cabo, mi padre lo que quería era que la fundación dejara de ser privada y acabara siendo pública, del Consell de Mallorca», concluye.