Aplausos y mucha emoción. El público que ayer noche estuvo en CineCiutat para ver El olvido que seremos, la última película de Fernando Trueba, se sirvió de una larga ovación para expresar las sensaciones que el filme les había despertado. El director madrileño estuvo ayer en Palma para asistir al estreno de su nueva película y participar en un coloquio posterior con los espectadores en el marco del Evolution Film Festival (EMIFF). Trueba recibirá esta noche en el Palau de Congressos el premio de Honor del EMIFF en reconocimiento a su trayectoria profesional en el cine y en la televisión. El cineasta recogerá este galardón durante la ceremonia de clausura de manos de la escritora y guionista Laura Gost.

La cinta que ayer se presentó en el EMIFF está basada en la novela del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, y compite en la sección oficial del certamen. Según explicó Trueba, que llegó a CineCiutat acompañado de su hermano David, esta película estuvo a punto de no ser una realidad. El director comentó que cuando el autor del libro y el productor le propusieron llevar El olvido que seremos al cine, se negó: «No se puede hacer una película, les dije. Es un relato muy íntimo, una memoria personal en la que hay mucha verdad de principio a fin», relató. Solo la insistencia de Héctor Abad Faciolince y una relectura del libro, que Trueba ya conocía bien, hicieron que el director se decidiera a poner en marcha el proyecto.

La obra es, en efecto, un relato autobiográfico en el que el escritor desgrana sus recuerdos de niñez y juventud en Medellín, marcados por la situación política y social y por la figura carismática de su padre, el médico, docente y ensayista, Héctor Abad Gómez, protagonista de esos recuerdos. Trueba celebró haber cambiado de opinión con respecto a la cinta: «Siempre que traiciono mis principios me va bien», dijo al respecto. El cineasta se detuvo en elogiar el trabajo interpretativo realizado por Javier Cámara que encarna en el filme al doctor Abad, aunque en un principio lo descartó: «Qué pena que Javier no sea colombiano, pensé. Entonces el autor me dijo que había un actor español, Javier Cámara, que le recordaba mucho a su padre». Finalmente esa fue la apuesta de Trueba: «Javier hace un trabajo con los acentos increíble. Para él era un desafío porque estaba interpretando a un personaje real, su familia estaba allí. A veces venían al rodaje», rememoró. En este sentido el director confesó que nunca se había encontrado en una situación así, en la que una película suya recreara personajes reales: «La realidad y la ficción se cruzaban todo el tiempo. El autor decía que en su cabeza se confundían su padre y Javier Cámara. Es verdad que había un parecido físico, pero lo más importante es que Javier tiene la misma alegría de vivir que Héctor Abad Gómez. La alegría no se puede fingir. O la tienes o no la tienes», opinó Trueba. El director recordó que vivió con terror el momento de proyectar la película ante la familia: «Nunca me había enfrentado a eso, pero fue increíble, de una emoción tremenda». Trueba confesó que «estoy loco porque la película se vea en Colombia» aunque el estreno se ha retrasado debido a la covid-19. Resaltó que «fue muy emocionante hacer esta película en Colombia, tanto para Javier como para mí ha sido muy importante y no lo vamos a olvidar», concluyó.