Diario de Mallorca

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Crítica de cine

Simios, cochinos y embusteros

Infiltrado en el KKKlan

Estados Unidos, 134 min.

De Spike Lee. Actores: John David Washington, Adam Driver, Topher Grace

Cines: Ocimax, Artesiete Fan, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor.

En los años 70 Ron Stallworth, un policía afroamericano, logró infiltrarse en el Ku Klux Klan. ¿Cómo? Con la complicidad de un segundo policía blanco y aprovechando que el Klan en esa década se había desinflado bastante. Muchos de sus integrantes eran unos panolis, pirados fanáticos y con limitadas agallas. El único resultado de esa iniciativa fue el cambio de destino de dos militares asignados en una sección de armamento nuclear. Por tanto el suspense, el potencial dramático de los hechos reales fue bastante limitado. En contrapartida el racismo en Estados Unidos apenas ha disminuido, como nos recuerda Spike Lee al final con imágenes de recientes altercados de grupos Neonazis, en los que se han refugiado los rescoldos del Klan. Intuyo que al afrontar el proyecto Lee se encontró con un dilema. Remarcando mucho la incompetencia e ineptitud de los racistas hubiera diluido, incluso tergiversado, la vigencia de la opresión contra las minorías étnicas. Si no lo hacía, perdía el lado cómico de la premisa. Ha optado por un camino intermedio, renunciando a excesos tipo, ejemplos, Yo Tonya o Déjame salir, y arrimándose a un tono Fargo que no acaba de cuajar. Además narrativamente se ha inventado un atentado contra estudiantes que jamás se produjo. El ritmo de la película es algo lento; la música, con interesantes temas de la época (James Brown, Temptations, Edwin Hawkins y contrapuntos de Prince o Emerson Lake & Palmer) apoya sin acabar de explotar. Las actuaciones, la expresividad de Washington y la inteligente sumisión de Driver, sí son excelentes. Por eso, y el perenne mensaje antirracista, merece verse el filme.

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