¿Qué pasaría si el Wonder of the Seas, el crucero turístico más grande del mundo, atracara al pie de la Catedral? El arquitecto mallorquín Biel Joan Bauzá lo ha imaginado, en una recreación fotográfica a escala que ha publicado en Twitter con motivo de la llegada a Mallorca del buque turístico de la compañía Royal Caribbean, que atracó por primera vez en Palma el 3 de mayo y hoy lunes ha repetido con motivo del inicio de su primer recorrido turístico por el Mediterráneo.

La Seu, el edificio con más poder simbólico de Palma, quedaría totalmente empequeñecido al lado de las proporciones mastodóndicas del megacrucero, de 362 metros de eslora, 64 de manga (anchura), 237.857 toneladas de desplazamiento y 18 cubiertas.

Biel Joan Bauzá acerca al buque más grande del mundo hasta el lago de Parc de la Mar, pero no cabe, la popa le queda en el edificio de la Autoridad Portuaria, en el Moll Vell, y la proa, alcanza hasta el barrio de sa Calatrava, más allá de la iglesia y el colegio de Montesión. La eslora del superbuque multiplica por tres las dimensiones de la planta de la Catedral, 121 metros. Su anchura supera en cinco metros la de las tres naves del templo. Y en altura también ganaría el crucero, aunque con menor diferencia. Los 44 metros de la Catedral quedaría por debajo del puntal del buque, la distancia entre la quilla y la cubierta más alta del buque, unos 46 metros.

Y en cuanto a capacidad, los casi 7.000 pasajeros que transporta el crucero doblan la capacidad máxima del templo, que apenas puede superar las tres mil personas en sus actos más solemnes.

Precisamente, la campaña de la Plataforma anticruceros se titula Fora d'escala y sitúa en su cartel el Wonder of the Seas en vertical al lado de la Catedral para realzar la desproporción que supone la llegada de este tipo de buques. Situado de esta manera, el crucero más grande del mundo multiplicaría por ocho los 44 metros de altura de la Catedral.

Campaña de la Plataforma Anticruceros