Verdades y mentiras sobre los colutorios

Verdades y mentiras sobre los colutorios En farmacias, supermercados o tiendas especializadas encontramos todo tipo de colutorios, más conocidos como enjuagues bucales. Para algunos es un paso más de su rutina diaria de limpieza dental, mientras que otros no han hecho uso de ellos jamás.

Según los datos que arroja la «Encuesta Poblacional: La salud bucodental en España» del año 2020, el 75% de los encuestados afirmaba recurrir a veces a los enjuagues bucales (colutorios), cifra muy superior a la encontrada en 2015 (64%).

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Pero ni tanto, ni tampoco. Según indican desde el Consejo de Dentistas de España, estos líquidos medicinales para enjuagarse la boca y después expulsarlo, «son una herramienta complementaria, pero no esencial, de la higiene bucodental».

Tenemos a nuestra disposición una amplia variedad de colutorios en función del producto activo que utilizan en su composición.

Tipos de colutorios

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Mitos sobre los colutorios

Mitos sobre los colutorios Ante esta amplia gama los dentistas insisten en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, hay que tener claro que el uso de estos productos «nunca sustituyen al cepillado ni a la higiene interdental».

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que, aunque tienen muchos beneficios, el uso de enjuagues bucales sólo debe hacerse si así lo ha prescrito el dentista. Será el profesional quién determine qué colutorio usar, cuándo y cómo.

Porque, como dice el refrán, puede ser peor el remedio que la enfermedad. Y es que el uso indiscriminado de colutorios, lejos de mejorar nuestra higiene oral, puede provocar que nuestros dientes se tiñan de amarillo o nuestro gusto se altere.

Además, lo más importante es que el uso de enjuagues puede «enmascarar determinadas lesiones que pueden ser graves», explican desde el Consejo de Dentistas de España.

En el caso de las personas que hacen uso de los enjuagues bucales para combatir el mal aliento, puede ocurrir que no mejoren mucho su problema. Y es que según explican los especialistas, la halitosis puede deberse a muchas razones.

El consumo de determinados alimentos o medicamentos, el tabaco, no cepillarse los dientes con regularidad, boca seca, en incluso tener alguna infección en la boca, la nariz o la garganta, puede provocar un olor desagradable en la boca.

Por último, el Consejo de Dentistas advierte que «algunos colutorios llevan alcohol en su composición, habiéndose asociado este hecho a determinadas patologías orales, entre otras sequedad e irritación de las mucosas».

Y aunque el enjuague no contenga alcohol, puede provocar ‘efectos colaterales’, como teñir los dientes, si se utilizan con excesiva frecuencia, sin tener en cuenta cuál debe ser la concentración adecuada y, por supuesto, sin no lo ha prescrito un especialista.