Haber nacido con bajo peso provoca cambios en el corazón que limitan la capacidad para hacer ejercicio al llegar a adulto.

Además, esta alteración hace que estas personas cuenten con una mayor probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares a lo largo de su vida.

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Así se desprende de un estudio elaborado por el Servicio de Medicina Maternofetal del Hospital Clínic y del Hospital Sant Joan de Déu y publicado en JAMA Cardiology.

Corazón sutilmente diferente

Estudios anteriores ya han determinado que este grupo de personas tienen más riesgo de hipertensión, ictus, diabetes y síndrome metabólico.

Sin embargo, se desconocía exactamente la causa y se atribuía a una incidencia más elevada de diabetes y obesidad.

Ahora, gracias al estudio de los investigadores de BCNatal-IDIBAPS, se ha demostrado que esto se debe a diversas diferencias en la estructura y la función del corazón.

Para llevar a cabo el trabajo, los especialistas accedieron a 23.000 registros de bebés nacidos en Sant Joan de Déu hace entre 20 y 40 años, de los cuales 158 participaron en la investigación.

Entre ellos, 81 habían nacido con bajo peso, es decir, por debajo de 2,5 kilogramos y los 77 restantes superaban esta cifra.

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Los participantes se sometieron a una resonancia cardíaca y a una prueba de esfuerzo en bicicleta.

Los resultados fueron determinantes: en los nacidos con bajo peso había cambios en el corazón más sutiles que los observados cuando eran fetos, pero persistentes.

En concreto, pese a tener un corazón aparentemente normal, los adultos analizados presentan un ventrículo derecho con una base y una curvatura más anchas.

Esto se traduce en una mayor dificultad a la hora de llevar la sangre y oxigenar los pulmones, que es básico para hacer ejercicio.

Ejercicio limitado, pero muy recomendado

Así, entre este grupo, se observó que no eran capaces de generar tanta fuerza con la bicicleta y que se cansaban antes.

Además, estos cambios en el corazón eran más notables en población fumadora, con sobrepeso o sedentaria.

Debido a esto, los expertos señalan que, a pesar de disponer de una menor capacidad para hacer ejercicio, es esencial que este grupo de personas se ejerciten.

Y es que teniendo en cuenta que los cambios en el corazón aumentan si la persona fuma, le sobra peso y es sedentaria, es muy importante poner en práctica buenos hábitos de vida.

Calidad de vida desde el vientre materno

De este modo, los expertos han querido poner en el centro la importancia de la medicina fetal en la prevención de patologías en la vida adulta.

Invertir en promocionar la salud y la calidad de vida de la madre, así como vigilar su nivel de estrés y su nutrición, entre otros, puede tener una influencia definitiva.

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Y es que, como corrobora este estudio, estos factores pueden incidir en el desarrollo cerebral, del corazón o en el metabolismo de los fetos.

Asimismo, indican que no está demostrado si la madre puede hacer algo activamente para mejorar el crecimiento del feto.

Sin embargo, los resultados del estudio exponen que durante los primeros años de vida este problema se podría revertir.

Un gran avance que podría mejorar la vida del 7,7 % de bebés que nacen con bajo peso en un año en España, según el informe Health at a glance: Europe 2020 de la OCDE.