El trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta a alrededor de 60 millones de personas en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud. Se caracteriza por cambios en el estado de ánimo. Aunque todas las personas tienen altibajos, en el trastorno bipolar es diferente, ya que pasan de episodios de euforia (o maníacos), irritabilidad y aumento de la actividad, a episodios depresivos, indiferencia y nivel bajo de actividad. En algunos casos, los episodios de euforia pueden ser hipomaníacos, que son menos graves.

Esta enfermedad tiene un componente genético importante y son varios estudios los que han querido investigarlo. Jon-Kar Zubieta, neurobiólogo, de la Universidad de Michigan (EEUU) realizó un estudio, publicado en la American Journal of Psychiatry, donde se descubrió que este trastorno se produce por una alteración de los circuitos neuronales del cerebro. La alteración es un aumento de las conexiones de neuronas y es posible que esto sea una explicación del componente hereditario de esta enfermedad.

El resultado mostró que los pacientes con trastorno bipolar tuvieron un 30% más de conexiones. Las personas que participaron habían sido recién diagnosticadas por lo que el siguiente paso del estudio, según Zubieta, será estudiar a personas sin la enfermedad con antecedentes familiares y un alto riesgo de desarrollar la el trastorno.

A pesar de ser la sexta causa de discapacidad en el mundo, según la Fundación Mundo Bipolar, sigue existiendo un desconocimiento acerca de esta enfermedad. Las personas afectadas tardan una media de 5 años en ser diagnosticadas y la mitad no sigue ningún tratamiento.

En opinión del Dr. Carbonell, si nos encontramos ante variaciones del estado de ánimo o conocemos a alguien esta situación, recomendamos acudir a profesionales de la salud mental para que nos ayuden a gestionar las emociones y establecer un tratamiento en función de la necesidades del paciente.