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HISTORIA

El largo camino de la extrema derecha

Mariano Sánchez Soler hace balance del movimiento ultra entre la muerte de Franco y Vox

Mariano Sánchez Soler. ROCA EDITORIAL

Mariano Sánchez Soler (Alicante, 1954), periodista de profesión y doctor en Historia, ha escrito novelas tan exitosas como Nuestra propia sangre (XII premio Francisco García Pavón) o El asesinato de los marqueses de Urbina (premio L’H Confidencial). Además, su ensayo Anatomía del crimen (Premio de la Crítica Literaria Valenciana) es de obligada referencia en cualquier investigación sobre novela negra. Entre sus obras de no ficción, cabría citar «Ricos por la Patria» (premio Rodolfo Walsh), La familia Franco S. A., Los ricos de Franco y Villaverde, fortuna y caída de la casa Franco, que derivó hacia una indagación más profunda en 2003, con Los Franco S. A.

Ahora ha publicado La larga marcha ultra, con el subtítulo de Desde la muerte de Franco a Vox (1975- 2022), donde analiza el camino de las diferentes organizaciones españolas de la extrema derecha hasta el día de hoy, con la aparición de Vox en el tablero político. Sin embargo, los partidos políticos ultras no son un tema nuevo en la bibliografía de Sánchez Soler, pues en 1993 publicó Los hijos del 20- N. Historia violenta del fascismo español con prólogo de Manuel Vázquez Montalbán.

¿Cuál es la aportación del nuevo libro? «Es un punto de vista distinto», dice Sánchez Soler. «Además, Los hijos del 20-N se detiene en 1992 y La larga marcha ultra llega hasta la actualidad con Vox. Es cierto que he recogido temas que ya había abordado, como el asesinato de Lucrecia Pérez Matos. Podríamos decir que esta nueva publicación completa el otro libro, desarrollando cuestiones vitales, como la xenofobia, la desaparición de los nostálgicos del franquismo y la modificación de la retórica empleada por estas nuevas organizaciones políticas».

De esa manera, La larga marcha ultra comienza analizando cómo durante el régimen de Franco, la extrema derecha era el propio régimen, que se apoderó de toda la simbología de Falange: el yugo y las flechas, la camisa azul y la boina roja carlista fueron elementos de ese fascismo patrio. Llegada la democracia, los ultras se refugiaron principalmente en la organización política de Fuerza Nueva, dirigida por Blas Piñar, que intentaba imitar al Movimiento Social Italiano de su amigo Giorgio Almirante. Otra organización en la que se refugiaron los nostálgicos del franquismo fue los Guerrilleros de Cristo Rey dirigidos por Mariano Sánchez Covisa. De tal manera que desde 1975 a 1982, la violencia ultra en las calles buscaba la desestabilización política y se produjeron sucesos terribles, como la semana trágica de enero de 1977 que culminó con la matanza de los abogados laboralistas de Atocha, el atentado a las instalaciones del periódico satírico El Papus o el cruel asesinato de Yolanda González Martín.

La retórica de estas organizaciones estaba basada en buscar la inconsistencia y la debilidad de la democracia frente al régimen anterior. Es, pues, una etapa que Sánchez Soler califica de nostálgica y neofascista. A partir de ahí, la retórica atacando al sistema democrático comienza a agotarse, por lo que es sustituida por el acometida al inmigrante y el negacionismo del Holocausto, imitando al Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen. Es la época de Ricardo Sáenz de Ynestrillas, al que comienza a considerarse como un Le Pen español. Ahora, los hechos violentos de estas organizaciones se centraban en el ataque a los inmigrantes; el asesinato de Lucrecia Pérez Matos en 1992 es el más conocido y representativo del periodo.

Actualmente, para Sánchez Soler, los discursos nostálgicos del franquismo, el negacionismo, los ataques a la democracia y al inmigrante han sido sustituidos por la retórica contra lo progre, que para él inaugura Vox. De esta manera, repasa cuatro décadas de la evolución de la extrema derecha, desde su implantación en los pilares del régimen de Franco, hasta la marginalidad y la presente irrupción parlamentaria con Vox en 2018. Más de cuatrocientas páginas en las que el autor recorre las alcantarillas del fascismo patrio, de los nazis refugiados en España –como Leon Degrelle o Otto Skorzeny– a las organizaciones más representativas, con sus publicaciones teóricas, pasando por la retórica y su adaptación a las nuevas circunstancias, sin olvidar los lazos con la Internacional Negra del fascismo mundial.

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