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divulgación

El siglo XX y su música

El autor confiesa en la introducción que mucho hizo su entorno familiar para aficionarse a la música

Manuel García Gargallo. Archivo G.G. Jordi Vidal

No cabe duda que era necesaria una obra como esta para demostrar que hemos vivido un siglo de eclecticismo musical y que es posible conjugar estilos aparentemente dispersos e incompatibles en un mismo libro. Eso ha hecho el historiador Manuel García Gargallo con sus ciento una obras clásicas para un siglo XX que dejamos hace ya unos años. Son ciento una las expuestas, más otras tantas como posible alternativa, lo cual nos da un total de doscientas dos obras, que para otros podrían haber sido mil y una, para recrear nuestros insomnios, o trescientas sesenta y cinco para rellenar un calendario de melodías y ritmos diversos, día a día.

El autor confiesa en la introducción que mucho hizo su entorno familiar para aficionarse a la música. Y no solo clásica, pues ahí cabían, por supuesto, otros géneros con frecuencia menospreciados frente a otros tradicionalmente vistos como cultos, más elaborados o superiores. Así, la obra resultante no es fruto de un encargo editorial o escrita a rebufo de modas y oportunismos literarios, sino la plasmación de un recorrido vital y, sobre todo, de una pasión por el género musical desde una perspectiva tan personal como original en su concepción.

Así, se nos plantea un paseo por las obras musicales más populares de la pasada centuria y lo hace de manera amena y divulgativa, accesible tanto para profanos como para aficionados consagrados. La línea argumental consiste en un recorrido, año a año, a través de pequeños capítulos desde 1900 a 2000, cada uno dedicado a una obra y sin que haya relación entre ellos, aunque a través del recorrido puede intuirse la evolución musical acaecida durante el siglo a través de la selección musical. Ahí hallamos piezas pertenecientes a todo tipo de géneros, más allá de los considerados como cultos; desde operetas y zarzuelas, canciones y bailables, bandas sonoras de cine, musical, música de radio y televisión, así como autores pertenecientes a siglos anteriores pero redescubiertos durante dicho siglo como Pachelbel, Albinoni, Telemann, Marcello o Charpentier. De este modo, el autor reivindica unos géneros musicales considerados hoy ligeros, periféricos o situados “en tierra de nadie”, pero que con suficiente perspectiva temporal pueden llegar a formar parte de aquella música que consideramos clásica o de concierto a grandes rasgos. El libro acaba con un completo índice onomástico y la bibliografía utilizada.

Así pues, y tras un prólogo del musicólogo Roger Alier, cada capítulo destaca una creación musical y sus circunstancias, totalmente variopintas en cada caso, dejando aparte prejuicios históricos, técnicos o formales. En muchas ocasiones el lector se llevará la sorpresa de descubrir, al fin, el título de algo que le sonaba y no sabía qué era o de dónde salía; o escuchar algo hasta entonces desconocido y descubrir con sorpresa que tiene algo especial que lo convirtió en perdurable y en referencia para obras posteriores; por tanto, en clásico.

Recomendamos encarecidamente tener un dispositivo sonoro para escucharlas a medida que se leen. De hecho, existe ya una lista homónima en una plataforma digital con el repertorio íntegro, que incluso contiene versiones que realzan las propiedades de aquellas piezas a priori más gastadas en versiones con frecuencia infumables; la sorpresa está garantizada. En cuanto al orden de lectura, cada uno puede elegir el que más le guste al no haber argumento definido: en orden cronológico, el año en que uno nació, se casó, nacieron sus padres o cualquier otro especialmente señalado para el lector.

El Mundo Sonoro del siglo XX pretende ser, a través de una selección personal, una línea de vida con la que el lector pueda sentirse identificado a través de un universo musical destinado a mantenerse en un mundo como el actual, tan veloz y perecedero en modas y gustos, necesitado de memoria y perspectiva como la que ofrece esta obra.

El libro se presentó el pasado 13 de diciembre en el Club Diario de Mallorca dentro del ciclo Fòrum Bellver, con la participación de Pere Estelrich y la periodista Montse Vallribera; posteriormente fue presentado en una librería de Palma, esta vez con la presencia de Házael González.

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