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ANÁLISIS

Esperando la paz

Gwynne Dyer ofrece una historia universal de la guerra, apretada en unas pocas páginas

Gwynne Dyer. COMMONS.WIKIMEDIA.ORG

Desde 1945, la guerra está en declive. Las estadísticas registran una rápida disminución de la frecuencia, la duración y la letalidad de los conflictos bélicos en el mundo. Las grandes potencias han dejado de pelear entre sí, los estados se respetan más y apenas hay guerras civiles. Pero la paz sigue lejos. Los países han incrementado el gasto militar, las armas han alcanzado un poder de aniquilación infinito y algunos líderes disfrutan haciendo amagos con el despliegue de su arsenal. Por si habíamos olvidado otros conflictos recientes, la invasión de Ucrania nos recuerda que en el mundo continúa habiendo guerras y la humanidad, por primera vez, tiene capacidad para autodestruirse totalmente.

En realidad, escribe Gwynne Dyer, «los seres humanos no inventaron la guerra. La heredaron», lo mismo que sucede con la política, según concluyó Frans de Waal en sus estudios sobre el comportamiento social de los chimpancés. Cuanto mejor conocemos el pasado más remoto, mayor seguridad tenemos de que la guerra ha sido un evento fijo a lo largo de la historia a la que se ha recurrido de modo habitual. Esta evidencia lleva a pensar a unos que la guerra forma parte de la naturaleza humana. Otros, como el militar e historiador John Keegan, autor del clásico Historia de la guerra, tienden a considerar el enfrentamiento armado como una manifestación de la cultura o, aún más, una cultura en sí misma. El autor del libro que reseñamos se refiere a la guerra como una institución. En cualquier caso, el mito del buen salvaje publicitado por Rousseau no sobrevivió al hallazgo de Napoleon Chagnon en su excursión por la selva amazónica al encuentro de los yanomami, del que dio cuenta en un libro publicado en 1968 que fue muy vendido y suscitó una tormentosa polémica.

Los seres humanos no inventaron la guerra, la heredaron, igual que heredaron la política, esa es la tesis de Dyer

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En estos tiempos, la condena moral de la guerra es general . La paz soñada por Kant y los cosmopolitas ilustrados está más cerca, pero no acaba de llegar. La constitución de Naciones Unidas ha sido un paso delante de enorme importancia, aunque parcial, que debería completarse con la supresión de los cinco vetos y la creación de un auténtico sistema multipolar de gobernanza mundial.

GWYNNE DYER. Breve historia de la guerra. Antoni Bosch editor, 246 páginas, 18,80 €.

GWYNNE DYER. Breve historia de la guerra. Antoni Bosch editor, 246 páginas, 18,80 €.

Gwynne Dyer confía en el acicate que suponen los grandes retos del presente anexos a la globalización para lograrlo en un futuro próximo. Entretanto, nos ofrece una historia universal de la guerra, apretada en unas pocas páginas, que resume la versión amplia de hace más de tres décadas, editada en España por Belacqva en 2007. En ella relata la evolución de la estrategia, la tecnología, de la piedra y la flecha a la nuclear, las reacciones de los combatientes en los momentos más crudos de la batalla y, en suma, las modalidades de guerra practicadas en la historia, entre las cuales resulta de especial interés la empleada en el reclutamiento por las monarquías absolutas y la guerrilla, inventada por los españoles.

En el fondo del libro, late la eterna cuestión de la relación de nuestra especie con la guerra en todas sus variantes pretéritas y actuales, y el objetivo de un mundo en paz, tantas veces imaginado. Pero la firma del fin definitivo de la guerra aún debe esperar. No será fácil deshacerse de esta herencia.

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