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ECOLOGÍA

¿Ciudades abarrotadas y pueblos fantasma?

Las tierras peninsulares se vacían de población, pero quizá se pueden llenar de esperanza y futuro. Nadie abandonó su tierra por gusto, las áreas deprimidas son las que mejor lo llevarán en el escenario del colapso al ser las que menos dependen de tecnologías y energías

Carlos Taibo. YOUTUBE

El gregarismo se aglomera en torno a la necesidad, las ciudades aglutinan la oferta y el mercado de intercambio de tiempo en el que hace tiempo que andamos sufragando las ganancias de empresas y monopolios diversos. La escala industrial mundializada ha rasgado los límites del crecimiento, hace ya medio siglo, pero la locomotora sigue y sigue.

Muchos ciudadanos ociosos están pendientes de estrenos de series, otros de la retransmisión de guerras e invasiones en países cercanos. Otras guerras de menor relevancia mediática siguen su curso, pero no afectan al suministro de nada, y de esas apenas se habla. Una miseria, sin duda, como lo que se puede leer en la segunda parte del sexto informe del IPCC sobre el cambio climático, con unas conclusiones demoledoras y abrumadoras. Ya sabemos que tras una pandemia los diversos males del mundo están entelados, son relativizados, pero eso es un error, un sesgo cognitivo a la hora de analizar lo que está por venir.

«El colapso se acerca, tenemos que cambiar nuestro modo de vida» dice Carlos Taibo, profesor de Ciencia Política durante tres décadas en la Universidad Autónoma de Madrid. Taibo, es un crítico declarado de la lógica del crecimiento económico, desligándolo del progreso y bienestar, debido a que el crecimiento económico afecta a todas las esferas: social, económica, política. Experto en geopolítica y pensador decrecentista.

Iberia vaciada. Despoblación, decrecimiento, colapso”es su último libro, donde disecciona los efectos de la despoblación por el modelo productivo y el inminente colapso en diferentes aspectos. Iberia, es el nombre con que los griegos conocían lo que hoy denominamos la península ibérica, y esta obra es un inestimable análisis desde la perspectiva del decrecimiento y la teoría del colapso, de lo que sucede en las zonas vaciadas. Puede sonar chocante en el contexto de Isla Baleares, eso de despoblamiento, pero es una realidad territorial que inducida por un sistema productivo y de logística centralizada está vaciando la península ibérica y provocando un éxodo y unas concentraciones que agudizan los problemas asociados. Y de nuevo, viene el colapso ambiental, las crisis que nos mapean desde el IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático). Pues a pesar de que las grandes empresas ahora son “promotoras” de economía circular, la realidad en indicadores y parámetros es otra. Creo que nadie a estas alturas tiene la menor duda, y si la tiene hay suficiente análisis sistémico y riguroso para evidenciar lo que en otros libros reseñados –de ecología– hemos podido documentar de la mano de economistas como Arcadi Oliveres, ecólogos y expertos como Andreas Malm, o científicos como Stefano Mancuso.

Ilustración ‘Iberia Vaciada’. MARC MASMIQUEL

Centrado en este libro, podemos con sólidas herramientas analíticas que nacen de la perspectiva del decrecimiento y de la teoría del colapso. Se implementa un análisis prospectivo en el territorio español y el portugués. Y Taibo, completa una batería de propuestas acerca de lo que vale la alegría preservar, recuperar, introducir y no seamos mojigatos: lo que hay que rechazar abiertamente en esos vastos territorios.

Simplificando: la población dejó el campo, pero la ruina en las ciudades y la pérdida de conexión con el medio, nos ha dejado en jaque mate. En realidad, el propio sistema productivo, la centralización salvaje, el neoliberalismo capitalista ha ido horadando las esperanzas de una transición equilibrada. Los efectos azuzados por las alertas climáticas van a ser más severos, más rápidos y sin combustibles fósiles ni de sustitución capaces de soportar una industria pesada y una ingeniería obesa tan poco eficiente (“obesa” por sobredimensionada y consumidora de energía cuando no es necesario seguir con las inercias de hace medio siglo). Esto ya lo escudriñó Iván Illich, Edgar Morin y otros polifacéticos pensadores, pero a la vista de los hechos, la realidad es que hay un tecnoptimismo peligroso, indocumentado e ignorante. Y a todo riesgo extremo aparece una cartera de soluciones futuras, que año a año no se desarrollan, ni se demuestran. Los plásticos, es uno de los ejemplos más claros, más icónicos. Tras haber casi agotado todas las reservas fósiles, seguimos consumiendo más plástico. Su reciclabilidad está más que demostrada y es viable, pero sólo se hace a unos niveles de broma. Los plásticos son la analogía, de lo que pasa en la Iberia vaciada, quedan extensos territorios muertos, sin infraestructuras elementales y la población emigra, a situaciones que no mejoran, imbuidas de un enfoque que tiene claros sus objetivos, el mercado y el comercio, poco más. Ahora bien, ya hemos visto que este análisis ceporro, es unilateral y sólo beneficia a los grandes, a los que se han vueltos abusones, y que, gracias a sus monopolios, van perpetuando lo de siempre. Si hay una guerra por medio (como ahora la invasión rusa de Ucrania) sólo habrá movimiento de piezas si realmente esos oligopolios lo exigen, en caso contrario nada se hará, las potencias occidentales han desatendido a saharauis, a yemeníes, a sirios, a palestinos y “no ha pasado nada”. Tres cuartos de lo mismo con los fenómenos sociales que lentamente van permeando la evidencia día a día irrefutables de que un colapso ambiental y social está en ciernes.

CARLOS TAIBO. Iberia vaciada. Despoblación, decrecimiento y colapso. La Catarata, 160 páginas, 14, 25€.

CARLOS TAIBO. Iberia vaciada. Despoblación, decrecimiento y colapso. La Catarata, 160 páginas, 14, 25€.

Es hora, urgente, de reconsiderar con inteligencia los modelos agroalimentarios, energéticos, la movilidad, la neorruralidad, las biorregiones y la naturaleza que puede preservar un modelo económico y social alternativo, diferente, con lo mejor de lo que hemos aprendido, no lo peor: que es la inercia de viejos sistemas clasistas de producción y decisión, no basados ni en la ciencia ni en un diseño social que busca el equilibro entre ecosistemas. O decrecemos o nos vamos a freír espárragos. Pero, además, hay que desurbanizar, destecnologizar, descolonizar, desmercantilizar y descomplejizar. Colapso quiere decir caída global y completa. Para que no sea completa: usemos estos análisis para separar el grano de la paja, y comprender que no por ir a comprar con una bolsa de tela o conducir una bicicleta vamos a cambiar lo sustancial. Para ello hay que trazar un plan inteligente y asumir sin temor lo que está por venir.

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