En el libro que ha editado Acantilado, Viaje de Invierno, el cantante Ian Bostridge comparte su pasión por una de las obras más extraordinarias y enigmáticas de la música occidental, el schubertiano ciclo de Lieder Viaje de invierno, del que en la actualidad es uno de sus más celebrados intérpretes.
Examinando uno a uno los veinticuatro poemas de Wilhelm Müller que lo integran, Bostridge descifra sus enigmas y sutiles significados, así como las circunstancias biográficas del compositor y los condicionantes históricos que pudieron intervenir en la concepción de una de las más perfectas simbiosis de música y poesía. El resultado es un ensayo cautivador e ilustrado en el que distintos saberes, imágenes y lecturas―desde Jean-Jacques Rousseau o Immanuel Kant, pasando por Johann Wolfgang Goethe, Mary Shelley o Charlotte Brontë, hasta Samuel Beckett o Slavoj Žižek―dialogan para hacer de este singular viaje al corazón del romanticismo alemán una auténtica aventura que atrapará a expertos y neófitos por igual.
¿Cómo nació el Winterreise de Schubert? Pues en 1827, el compositor reunió a sus amigos en su casa para presentarles una nueva composición: presa de un arrebato de inspiración y genio había musicado los versos del Viaje de invierno del poeta Wilhelm Müller. La posteridad se ha encargado de inmortalizar estos lieder, la expresión poético-musical más genuina del Romanticismo, pero también de relegar injustamente a un segundo plano la vida, obra y talento de su primigenio autor.
Existe una versión hecha por Andrés Neuman, que es además la primera que se hace en español tratándolos como lo que siempre han sido, poemas, y no como mero acompañamiento de la música schubertiana. De la mano de un carismático viajero que decide abandonar la calidez del hogar, el lector se introduce en una peregrinación a través del invierno que le lleva a descubrir, entre otras epifanías, la modernidad asombrosa con la que Müller construyó su verso.