Onésimo Sánchez se estrena al frente del banquillo del Atlético Baleares y lo hace con urgencias. Con la obligación de ganar para meter tierra de por medio con las plazas de descenso, con la necesidad de revivir a un equipo moribundo y con la esperanza de reenganchar a una afición blanquiazul que parece haber caído presa del hastío tras una temporada decepcionante hasta el momento. Y el primer rival para iniciar la tan esperada escalada no es el más sencillo de la categoría. El Nàstic de Tarragona y el Nou Estadi Costa Daurada (12 horas/IB3) aguardan este mediodía para impedirlo. 

Prometió en su presentación Onésimo un estilo radicalmente opuesto a lo visto hasta el momento por el intocable Jordi Roger, ya sea en el banquillo o en el palco sean cuales sean los resultados. El técnico vallisoletano quiere el balón, quiere que su equipo sea protagonista y busca ofrecer un buen espectáculo. Los mimbres, como él mismo apuntó, los tiene. Pero la urgencia en la clasificación puede ser una losa que deben superar. 

A falta de un fichaje para el ataque que supla la marcha de Kaxe, sin duda una incorporación fallida que apenas ha tenido protagonismo, falta por ver qué once alineará hoy ante el conjunto catalán. Con las bajas seguras de dos titulares como Pastrana –lesionado– y Forniés –sancionado–, puede ser el momento de dar la alternativa a futbolistas que han contado menos. 

Enfrente estará un Nàstic repleto de grandes futbolistas para la categoría que llega físicamente muy exigido tras caer el jueves en la prórroga ante Osasuna en la Copa del Rey. Comandados por Raül Agné, cuentan en sus filas con nombres como Bonilla, ex del Mallorca, Gorostidi o Marc Fernández, que ha abandonado el Andorra en este mercado de invierno. 

El conjunto tarraconense, una vez concluido el sueño de la Copa, sigue en la lucha por colarse en los puestos que dan acceso al playoff de ascenso. El Atlético Baleares sueña con meterse en ese grupo, pero todo pasa por empezar a ganar.