Canario y René evitan otro fracaso del Atlético Baleares

La llegada del técnico de Hellín al banquillo de la Vía de Cintura parecía un movimiento necesario por la mala racha del equipo, pero tal como llegó su efecto se ha ido diluyendo. Tras vencer al Alcoyano en su debut, una derrota y dos empates es su bagaje hasta el momento. Y el fútbol de los blanquiazules continúa siendo espeso, falto de ideas y, por momentos, ausente de toda ambición. 

La visita al filial sevillista, que se juega el descenso de categoría, parecía un escenario propicio para dar un paso adelante. Pero nada más lejos de la realidad.  El inicio del partido fue frenético. Los de Ale Acejo salieron como un huracán a por el gol. Ya en la primera jugada una internada de Luismi Cruz, el mejor de los suyos, avisaba de las intenciones del filial sevillista. Y apenas dos minutos después, una falta del habilidoso extremo acabó con un remate de Lulo en el segundo palo para adelantar a los suyos.

El Baleares, que salió con un once plagado de novedades, especialmente en defensa, recibió una bofetada cuando aún ni siquiera se había terminado de plantar en el campo. La fórmula local para anular a los de Eloy Jiménez era clara: presionar la salida del balón y obligar a jugar balones en largo.

El tanto local, que de nuevo como ocurrió ante el Albacete llegó en los primeros minutos, espoleó tímidamente a los blanquiazules, que se encomendaron a Canario para igualar el encuentro. Cuando el partido apenas superaba los primeros diez minutos, el capitán del Baleares recogió un balón tras un saque de banda y se sacó de la manga un fuerte y colocado latigazo imparable para Javi Díaz. 1-1 y reinicio del partido.

Un comienzo de partido tan acelerado se cobró como víctima el resto del primer tiempo. Tan solo algunos tímidos zarpazos del filial agitaron una primera mitad que vio muy poco fútbol. Que el marcador no se moviera fue gracias a la buena actuación de René Román. Primero, tras detener un disparo desde dentro del área de Quintana. Y luego, abortando un lanzamiento de falta directa envenenado de Luismi Cruz. 

 Más allá del pobre espectáculo futbolístico, hubo un pero y fue la rigurosidad del colegiado Lax Franco con las tarjetas. Prácticamente cada falta venía seguida de una amonestación. Tres para cada equipo al descanso, muy excesivo para lo visto en el campo.

Una segunda parte para olvidar

El empate era un mejor resultado para los de Acejo que para los de Eloy. La ilusión del inicio del partido dio paso tras el descanso a una retahíla de imprecisiones y faltas continuas. El partido necesitaba cambios y el Baleares fue el primero en actuar, con un triple cambio al paso del minuto sesenta. Sorprendente fue la decisión de sustituir a Dioni, teniendo en cuenta que es el máximo goleador del equipo con diez goles. 

El encuentro, que no tuvo historia en el segundo periodo, pudo caer del lado local si el larguero no hubiese intervenido. Capi, desde más de treinta metros, quiso acabar jugada con una volea con más intención de evitar una contra que otra cosa, pero la parábola del disparo, ayudado por el viento, hizo confiarse a René, que se alegró de ver como el travesaño repelió el tiro. 

Con el paso de los minutos ambos equipos dieron por bueno el empate, que trajo un regalo desagradable en la última jugada para los blanquiazules, cuando Delgado vio la segunda amarilla en la última jugada, por lo que se perderá el partido contra el Cornellà de este domingo.