El delantero Vinicius Tanque termina su cesión en el Atlético Baleares y regresa al Cartagena. El futbolista brasileño, de 25 años y una de las máximas prioridades de la secretaría técnica del club, acaba su cesión con el conjunto blanquiazul y está por ver si la dirección deportiva dirigida por Patricka Messow consigue cerrar una nueva cesión del jugador de cara a a temporada que viene.

Desde su llegada, Tanque se había ganado el cariño de la afición. El atacante del conjunto mallorquín se había ganado el respeto a base de goles, siendo el máximo artillero del equipo en una temporada en la que el Baleares finalmente se ha clasificado para jugar la Primera División RFEF el curso que viene.

El futbolista ha disputado un total de 1.736 minutos y ha anotado 11 tantos en todo el campeonato, registros que le sirvieron para convertirse en pichichi de la categoría, además de sumar tres asistencias. Vinicius ya dejó entrever que su continuidad en el club sería complicada, tras sellar la participación del equipo en la división de bronce del fútbol español.

El delantero, formado en las filas del Botafogo, aterrizó en el conjunto isleño el pasado 16 de septiembre, cedido por un Cartagena donde no iba a conseguir tener el protagonismo deseado. Desde su llegada Vinicius se ganó la confianza de Jordi Roger y luego de Xavi Calm, siendo indiscutible en la zona atacante para ambos técnicos.

Uno de los episodios más desagradables que le tocó vivir al jugador brasileño vistiendo la elástica del Atlético Baleares fue cuando, en el encuentro frente al Atlético de Madrid B, en el Cerro del Espino el pasado 31 de enero, tuvo que soportar varios insultos racistas por parte de un sector de los aficionados del conjunto colchonero.

Tanque perdonó a dichos hooligans por los insultos recibidos durante el encuentro, demostrando una vez más que su clase dentro del verde traspasaba fronteras.