Djokovic finalmente no juega en Australia. Toda Serbia, al unísono aunque supongo que con alguna excepción, le ha defendido apasionadamente, dándolo todo. Su padre, claro que es su padre, lo ha comparado con Jesucristo y, para terminar de arreglarlo, ha asegurado que su hijo es el defensor de los desfavorecidos del planeta, dejando al Che Guevara como un capitalista radical sin complejos. Pero resulta que el gran nacionalista serbio defensor de los oprimidos vivía hasta hace poco en Montecarlo, básicamente para no contribuir con sus impuestos al sostenimiento de su amado país. Recientemente, sin embargo, ha cambiado su residencia a la ciudad que cobija a más benefactores de los pobres más desasistidos: Marbella. Finalmente va a resultar que el maravilloso tenista es un caradura... aunque para Serbia, claro, es SU caradura.
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