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Cervezas de Baleares con aroma a éxito

Desde 2011 ha habido un incremento constante de cervezas artesanales en las islas, un sector que se ha asociado para juntar fuerzas, ser reconocidos como artesanos o acoger certámenes internacionales

Algunas de las cervezas artesanales de Toutatis. | B. RAMON

España es el segundo país del mundo que más cerveza consume por detrás de la República Checa, según el ‘World Beer Index 2021’. De media, cada español bebe 417 latas, más de una por día. Sin embargo, a diferencia de países como Bélgica o Estados Unidos, donde esta bebida producida de manera artesanal supera ampliamente el 15% de cuota de mercado, aquí el sector llega a duras penas al 1%, según la comunidad autónoma que se mire. Concretamente, en Balears, tal y como detallan los cerveceros artesanales, no se llega todavía al 0,5%.

No significa que no haya calidad, sino que, por un lado, este sector es realmente nuevo en las islas. Galilea y Tramuntana fueron las pioneras en Mallorca. «Lo iniciamos en 2003, pero se empezó a comercializar en 2010, cuando no había mercado, así que tuvimos que crearlo y hacer pedagogía de que nuestro producto era diferente, ya que los bares y restaurantes se mostraban reacios», explican Chelo Ferrís y Sebastià Morey, los fundadores de Galilea, un proyecto que se basaba en una economía circular y que terminó definitivamente en 2019, «aunque no quita que en un futuro volvamos». Así, hace justo una década se creó Grahame Pearce, en Menorca, siendo la primera de esta ‘nueva era’.

Michel Campioni, fundador de Toutatis. | J. MORA

Además, y es algo común en todo el país, las grandes cerveceras industriales «actúan como bancos con los bares: tienen mucho poder económico y los financian a cambio de la exclusividad de su marca», subraya Roger Vila, maestro cervecero de Grahame Pearce. Así, el grupo artesanal tiene difícil entrar dentro del mercado de la hostelería y la restauración, aunque «de cada vez hay más bares y restaurantes interesados», explica Michel Campioni, un arquitecto belga afincado en Mallorca desde hace 18 años, y que en 2014 fundó la fábrica de cerveza Toutatis.

Maria Bel Rotger, gerente de Sullerica. | B. RAMON

En estos diez años, el sector ha evolucionado enormemente y tiene mucho potencial de crecimiento. El año pasado, en plena pandemia, entre las diferentes fábricas crearon la Asociación de Cerveceros Artesanales de les Illes Balears (ACAIB), donde ya hay trece empresas integradas: las ya nombradas Grahame Pearce y Toutatis, además de Adalt Brewing, Sullerica, Beer Lovers, Brusca, Juntos, Breaking Brou, Ralf, Món, Lowther, Sa Cervisería e Ibosim, ubicada en Eivissa. «Queremos crear un sello que distinga a las cervezas que se realizan en Balears, y que el consumidor conozca la calidad del producto que se fabrica, que se tome como un producto con denominación de origen», apunta Maria Bel Rotger, gerente de Sullerica y presidenta de la asociación. «Así como tenemos claro que los vinos de las islas son de calidad, que las cervezas también entren en el pack», prosigue.

Dani Cardona y Roger Vila, de la cervecería menorquina Grahame Pearce. | B. RAMON

El primer gran objetivo de la ACAIB, que ya está en vías de cumplirse, fue, curiosamente, ser considerados artesanos por los respectivos Consells Insulars. Aunque fabrican cerveza con este estilo, no son aún reconocidos como tal, lo que impide incluir la palabra ‘artesanal’ en las etiquetas. «Es un hecho inadmisible, porque en las otras comunidades sí se puede, y nosotros realizamos el mismo proceso de fabricación», critica Campioni. «Es un agravio comparativo» añade Rotger. Es una decisión que ya está confirmada, pero que se encuentra todavía en tramitación.

«Nos queda recorrido por llegar a la capacidad de producción y calidad de regiones muy potentes como el País Vasco o Catalunya, pero vamos por el buen camino. En Balears hay muchísima calidad», destaca Sebastià Barceló, uno de los tres socios fundadores de Adalt Brewing, un proyecto iniciado a finales de 2019. El aroma a éxito de la nueva cerveza artesanal balear, a pesar de su corta existencia, radica en que se están haciendo fuertes a nivel nacional e internacional, sobre todo a partir de la misma asociación.

Así, a finales de septiembre se llevó a cabo el Concurso Internacional de Cerveza Artesanal (CICA) en Can Picafort, en paralelo a una feria de la misma temática, lo que fue «una demostración de fuerza», en palabras del socio fundador de Adalt Brewing. Esto supuso un doble éxito. Primero, por el hecho de llevar por primera vez un certamen de estas características a Mallorca. «Ha sido una experiencia increíble, ya que vinieron fábricas de prácticamente toda Europa occidental, e indudablemente ayuda a fortalecer nuestro sector», subraya el fundador de Toutatis. Además, las cerveceras de las islas se hicieron con un total de siete medallas en las distintas categorías, entre ellas dos oros conseguidos por la fábrica Grahame Pierce. «Nos demuestra que ya podemos competir con cervezas nacionales e internacionales», afirma Roger Vila.

Sebastià Barceló, uno de los socios de Adalt Brewing.

La ACAIB tiene la vista puesta en el Barcelona Beer Festival (BBF), que se celebra entre el 17 y 19 de diciembre, y que «es el festival de referencia del sur de Europa», según Barceló. «Desde el festival nos dicen que están sorprendidos por el gran nivel que está cogiendo la cerveza balear en los últimos años», añade Vila. Uno de los directores del festival es el mallorquín Joan Fiol. «El evento se inició en 2012 como un hobbie, pero tuvo una acogida espectacular y nos hemos ido profesionalizando», recuerda el codirector.

Se prevé que este año pasen un total de 35.000 personas durante los tres días, donde habrá entre 250 y 300 cerveceras artesanales de toda Europa, Canadá, México o Argentina, entre muchos otros países. La ACAIB, a través de cinco de las fábricas, estará presente. «Nos dará mucha visibilidad», destaca la presidenta de la asociación. «Desde el festival queremos apoyar al sector balear, tender puentes. El nivel es exponencial, la competencia no es feroz, sino colaborativa, de compartir conocimientos, y estoy ultraorgulloso de ver que el crecimiento no es una burbuja sino que es real, además que la creación de la entidad es un hito importantísimo para el sector», concluye Joan Fiol.

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