En julio de 2001, representada legalmente por el bufete de Roca Junyent, María Kodama intentó paralizar la Asociación de Amigos de Borges, con sede en Valldemossa y bajo coordinación de Ángel Meizoso. Un mes después, la entidad se presentaba en sociedad en el Hotel del Artista, Can Mossenya. Una placa recuerda la presencia de Borges en el lugar. Tres años después, la acción judicial prosigue. Ahora, cobijada por una reciente normativa de la UE que impide seguir usando el nombre del difunto sin consentimiento de sus herederos, Kodama reclamará a esta asociación que se abstenga de usar el apellido del escritor. "Si no lo hacen, los llevaremos a juicio", aseguró ayer en Palma.